49. Diferencias
Pequeñas lágrimas de aceite resbalan por su rostro insensible e inexpresivo de vigilante de museo, pero es al verse reflejado en el cristal de la vitrina donde se exhibe una dolorosa que las descubre. Entonces advierte que son muy parecidas y que tienen el mismo tamaño que las de resina sobre el rostro de madera de la talla de imaginería, que según los datos, representan el dolor y el sufrimiento. Procesa entonces la información y averigua que es afortunado. Las suyas solo son para evitar que le chirríen los párpados.
Las lagrimas tienen la función de lubricar los ojos. No somos los únicos que lloramos, los cocodrilos son célebres por hacerlo, por ejemplo, aunque con una función diferente. Las nuestras, a menudo, vienen motivadas por un componente emocional, de ahí su peculiaridad, que no es menor, por mucha semejanza que pueda tener con las de un posible humanoide. Sin embargo, el de tu relato sí sabe identificar el sufrimiento como algo negativo, de ahí su alivio al no tener que experimentarlo.
Un relato basado en un juego de diferencias que evidencia algo que nos caracteriza: los sentimientos. Es grato pensar que el arte, religioso o no, seguirá teniendo espacio en el futuro.
Un abrazo y suerte, Ana