71. Amor platónico (Salvador Esteve)
Dios se tomó su tiempo para cincelar ese rostro tan perfecto. Lo observo con amor desmedido, y siempre avergonzado, pues mis ojos invariablemente claudican ante los suyos. Sé que es un imposible, sé que no tengo esperanzas, pero tan solo las miradas furtivas llenan mi vida.
El tiempo, celoso y miserable, va cuarteando su piel, y con tristeza infinita siento que mi amor se diluye, se resquebraja. Día tras día mi corazón muere un poco más, hasta que el dolor se vuelve insoportable.
Con una tela oscura tapo el espejo; ahora vivo en soledad.
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Hola, Salvador, qué estupenda sorpresa nos esperaba en la frase final de tu micro. Este pobre narcisista ha envejecido y ya no es capaz de seguir mirándose al espejo. Como hasta ahora su reflejo ha sido su única compañía, al ocultarlo siente una inmensa soledad, aunque en realidad siempre ha estado sólo.El título muy acertado, los reflejos siempre son una ilusión inalcanzable. Creo que en la vida real hay demasiados que se parecen al protagonista. Esto es de locos.
Muy buen relato, me ha encantado. Suerte y un abrazo.
El amor es cosa de dos, un binomio no admite menos términos, por eso el de tu protagonista es platónico, o correspondido solo en parte, pues la figura del espejo también le mirará de forma fugaz y de la misma manera, al tratarse de él mismo. La soledad no suele ser buena consejera, incluso cuando es buscada, puede que encierre problemas de sociabilidad o una exigencia de perfección imposible. En todo caso, al final el tiempo pone todo y a todos en su sitio.
Un abrazo y suerte, Salvador
En los tiempos que corren cuadra mucho este relato de narcisismo exacerbado, el espejo podrían ser muy bien las redes sociales y todo el postureo que artificia (no sé si se puede decir , pero me gusta) la vida.
Suerte Salvador.
Me da pena tu protagonista, tan solo que únicamente puede estar enamorado de sí mismo,y ahora que su belleza empieza a flaquear decide prescindir de sí mismo. Creo como Manuel que puede ser un reflejo de este mundo en el que nos inundan los sefies, las redes sociales, los likes, donde todo es postureo.
El paso del tiempo, tan difícil de asumir algunos días. Me ha gustado mucho tu relato porque expresa muy bien ese sentimiento al que algunos días nos enfrentamos, pero siempre hay que ver la parte positiva y decir: ¡Cuánta juventud he acumulado y qué bien me sienta! Un abrazo, Salvador, un gusto leerte y saludarte.