18. Cefalópodo (Salvador Esteve)
Cuando nací mi llanto se convirtió en risa, y el rictus de alegría se encastró en mi rostro como tentáculos de un pulpo inmisericorde. Mis... Leer más
13. Pañuelo amarillo (Salvador Esteve)
En la dehesa éramos conscientes de nuestro destino. Veíamos salir a nuestros mayores en grupos de seis, jamás regresaban. Solo Flamiro, una leyenda en la... Leer más
18. ¡Elemental, querido Chopin! (Salvador Esteve)
El detective Hipólito Laguardia observaba el cuerpo sin vida de la directora del Conservatorio. Sentada en el sillón de su despacho, su cabeza, con los... Leer más
101. Micifuz (Salvador Esteve)
Aunque una espesa neblina sigue envolviendo mi memoria, mis superiores confían en mi percepción, en ese sexto sentido que me ha llevado a la cima... Leer más
96. Anhelo imposible (Salvador Esteve)
Desde la ventana, escondida tras los visillos, la observo, y la envidia corroe mis pensamientos. Envidio su pelo, su belleza, su silueta perfecta, la exclusiva... Leer más
76. Naturaleza muerta (Salvador Esteve)
Tras el cristal de la ventana, miro con tristeza y rabia a mi familia, insertados como tres lepidópteras más de la colección. Mis padres, prácticamente,... Leer más
99. La belleza de Críspulo (Salvador Esteve)
«Asomado a la terraza del séptimo piso, por última vez leo lo que será una nota de suicido, a la vez que la carta de... Leer más
90. Vertido de esperanza (Salvador Esteve)
El gris era ahora el color incurable de sus aguas. El coral había sido sustituido por plástico, la sal por pesticidas. La mayoría de la... Leer más
32. El disfraz del miedo (Salvador Esteve)
Con la bayoneta calada marchamos atropelladamente hacia la línea enemiga. La lluvia cae cruelmente sobre mi rostro y el miedo va calando en mis huesos.... Leer más
101. X (Salvador Esteve)
Las palabras de amor, los gestos de complicidad, se convirtieron en ademanes de desprecio y en vocablos lacerantes que hacían sangrar mis heridas. Despedazó mi... Leer más