82. Risa silenciosa (Salvador Esteve)
A mis ochenta años estoy postrada en una silla de ruedas —me acuerdo de mi edad; descartamos, pues, el maldito alzhéimer—. Todos creen que soy un vegetal, y lo soy de cuerpo, no así de mente. Mis recuerdos son mi sustento: sesenta años como profesora de literatura dan para mucha poesía grabada en mi memoria.
Hoy hay comida familiar —odio las comidas familiares— y mi nieto adolescente es quien desata la vorágine de acontecimientos.
—Abuelo, soy gay —dice con el desparpajo que le otorgan los nuevos tiempos.
Su abuelo, que fue brigadista y un consumado boxeador del peso «materia orgánica» —yo para más señas— escupe su prótesis y se lleva las manos a su maltrecho corazón. Mi nuera resbala con los premolares, y una foto guardada en su escote muestra su boca lamiendo el cuerpo de la vecina. El agaporni, nervioso, muerde la oreja del perro —mejor amigo del hombre, que no de la mujer— que lo persigue saltando por la ventana, un sexto piso. Ante este caos soy feliz y sonrío —mentalmente, pues soy un vegetal—.
Por fin, puedo dejar que ese espectro con guadaña que últimamente me ronda entre en mi vida, bueno, en mi muerte.
Existen enfermedades que impiden traslucir si una persona mantiene o no una actividad cerebral completa. Tu protagonista, sin movilidad, pero del todo consciente, es una testigo privilegiada de todo lo que sucede, con la libertad de que nadie lo sospecha, e incluso la ignoran, por eso es quien mejor ve en conjunto y en detalle. El caos múltiple que se ha desatado en una escena familiar le ha servido para aplicar su sabiduría, que va más allá de cualquier disgusto o preocupación, incluso ante su final, que ha preferido que le pille alegre.
Un abrazo y suerte, Salvador
Quien está más cuerdo de esta familia desastrosa? La abuela se despide riéndose e de todos ellos.
La sorna presente en todo el texto lo convierte en ácido y burlón. Curioso.
Salvador, tu anciana se va a morir a gusto, en medio del caos generado por el nieto. El karma ha hecho bien su trabajo. Me gusta ese humor negro.
Un abrazo y suerte.