34. Redención
¿Quién fue? Una Bestia depredadora que rapiñó todo lo que alcanzaba a su alrededor. Hasta casi devorar su propia alma, cerebro y corazón. Carcomidos por fabulosos viajes lisérgicos, ensueños llenos de luz y color, que se volvían sombras cuando todo terminaba. Subido en ese vaivén, su existencia dio tantos tumbos que perdió el norte. Y todos los puntos de equilibrio, cayendo en el rincón más oscuro.
Sabe que ha de descubrir quién es ahora.
Pero lleva tanto tiempo siguiendo su propia sombra, caminando a su lado, hablando con ella, que casi ha olvidado su propio nombre.
Es un caminante solitario. A quien acompañan un vacío gris y ecos de llantos y súplicas de cuerpos adolescentes, de los que no recuerda apenas nada. Solo retazos con olor a sangre, gritos, dolor y muerte. Y una sensación de repulsa hacía sí mismo que lo ahoga en las tinieblas de su propia maldad. Que le recuerdan por qué camina solo.
Con ese recuerdo transita cada día persiguiendo el rumbo acertado. Esperando que este sea el último viaje. Buscando un perdón que está aún lejos. Tanto como las estrellas que palpitan en su eterna noche.
Guau, Esperanza, tan duro como poético. Me encanta.
Mucha suerte y un beso enorme.
Qué alegría da entrar y ver comentarios como este.
Gracias Ana Maria. Besos
Y Suerte para tí
Ponerse en la cabeza de una persona que no es dueña de sus actos, que además son terribles, no es fácil. Tu protagonista todo lo hace de forma semiconsciente, alucinatoria, el problema es que las consecuencias son espantosas. El título del relato y la actitud del personaje, cuando es consciente de sus actos, dejan claro que le gustaría buscar el perdón y no volver a caer en esa dinámica. Desconocemos si la sociedad podrá absolverle, ni si él mismo sabrá hacerlo. Eso queda a criterio de cada lector, quizá el mejor juez, al verlo todo desde fuera.
Un abrazo y suerte, Esperanza
Si ya lo dicen siempre, que las drogas son muy malas, que me estoy quitando… Bromas aparte, después de darle muchas vueltas al tema, me salió esta Bestia, que veremos si encuentra el camino correcto.
Gracias Ángel.
Un abrazo
Parece que no se ha portado demasiado bien este personaje en un pasado reciente y lejano, y que ahora busca el cambio radical que lo separe de todo lo oscuro que ha vivido y el daño que ha podido crear. No sé si en tanta soledad encontrará algín perdón, mejor si va a terapia. Suerte Esperanza.
A veces buscar ‘por dónde’ de la mano de un experto es el mejor camino. Pasito a paso puede llegar. O quizá no…
La mente, por mucha terapia que se ejercite, da vueltas sin parar y rumia mucho. Y juega malas pasadas.
Gracias Manuel.
Espero que finalmente el destino sepa redimir ese pasado tan oscuro. Buen micro, Esperanza. Un abrazo
Tal su su destino ya esté escrito. O quizá tenga tiempo de una prórroga, un tanto amarga. Pero deshaciendo palabras todo puede ser.
Gracias Gloria. Un abrazo