56. Por el camino -Calamanda Nevado –
El desamor sopló su viento fuerte y lo tumbó. Sin poder retener esa relación, decidió silenciarla cobijándose en las calles, adormilado en las aceras con la penumbra de las farolas, y a la luz del día. Anda como huido, borracho de soledad, entre insultos y pedreas. Encuentra muerte en cualquier lugar, malos tratos por ningún motivo, transeúntes agónicos, mendigos como él, y solitarios viajeros de pateras. Ocasionalmente comparte con ellos comedor, pan, jarra de agua, caballo, umbría, hipotermia, y su juventud que corre muy deprisa. Aspira a no pensar, no sentir, solo sobrevive para conseguir bebida. Necesita evadirse de otros dolores, los de las heridas y traumatismos producidos por las irregularidades del suelo y los cristales rotos.
A su débil anatomía, le afloran múltiples temblores y una mirada huidiza y marchita.
Su familia no se aleja de él, busca encuentros; nunca acude. Conoce las razones de su interés, para él exigencias. Representan una vida organizada, apartamento decorado con plantas, hipoteca, hijos…
-Igual algún día, sereno y recién afeitado-, se repite cuando levantarse para echar a andar es una carga, -me compro un traje… llamo a la puerta de mis padres…, los abrazo, me besan… Si. Algún día…sereno, afeitado-.
Un amor no correspondido o fracasado puede hacer que una persona se tambalee, puede que hasta el límite de convertirse en un mendigo. Sabe que tiene el apoyo de su familia para ayudarle a superar la situación, pero solo puede ser él quien abandone esa peligrosa frontera en la que se encuentra, antes de que se hunda del todo en un punto sin retorno.
Un personaje solitario, que solo volverá a ser dueño de sí mismo con gran esfuerzo, tiempo y apoyo. Si lo supera se habrá acercado a ese concepto que llamamos dios.
Un abrazo y suerte, Calamanda
Hola Ángel. Gracias por tu comentario. Es así. Llegado a un punto no se es dueño de los propios actos y seguramente te dejes llevar.
Es lamentable llegar a eso, pero ocurre.
Abrazos y suerte también para ti.
Sí, hay veces que un desamor te hace perder el rumbo y puedes llegar a convertirte en un vagabundo, que tan sólo busca la soledad como forma de seguir sobreviviendo. Pero para hallar el camino de vuelta requerirá también, además de la ayuda de los suyos que están deseosos de hacerlo, su propia voluntad de volver a querer formar parte de esa sociedad que ha rechazado. Un fuerte abrazo, Calamanda
Gloria hola. Gracias por tu comentario. Una situación muy difícil que ojala, no la vivamos de cerca.
Abrazos y suerte para también para ti