11. GRIS, CASI NEGRO
Desde hace unas noches, y de manera recurrente, sueño que paseo con mi madre por una
vereda arbolada que motea el camino con los rayos del último sol de la tarde.
Ella me va contando que la recuerda de color ceniza, con los árboles quemados, cuerpos
muertos por todas partes y el cielo cruzado por ruidosos aviones.
No sabe muy bien si la vió de verdad porque, a veces, le cuesta recordar su nombre y el
mío, pero siempre me acaba diciendo que si esa vereda volviera a ser gris, debemos
iluminarla de nuevo llenándola de árboles y flores, y que no permitamos que el horror y la
negrura la destruyan para siempre.
Anoche, mi sueño terminó en pesadilla. El paseo era ahora como de ceniza, y yo no
sujetaba la mano de mi madre. Ella ya no estaba. Sólo su ruego retumbaba, una y otra vez,
dentro de mi cabeza: «Hija, si esta vereda volviera a ser gris, hacedla revivir. Si amáis la
belleza y la luz, huid del horror y la negrura…Huid del horror y la…Huid del horror…»
Quienes entienden del subconsciente dicen que los sueños, en especial las pesadillas, sin ser del todo reales, sí que albergan temores, cuando no premoniciones. Todas las señales que percibe tu protagonista, de forma directa o a través de su madre, conducen hacia un mismo camino, que no es otro que la necesidad de preservar el entorno, porque solo así tendremos un futuro, que a menudo se nos presenta demasiado gris, tendente a oscurecerse.
Que no falten veredas con árboles y flores, y mensajes luminosos como el de esa madre, antes de que sea demasiado tarde y nos apaguemos por nuestra mala cabeza.
Un abrazo, Puri.
Suerte
Gracias, querido amigo. De nuevo, tu reflexión es bien certera, aunque mi cuento quiere ir más allá de la simple preservación de un bello entorno. He querido reflejar también, o sobre todo, el triste aliento de un tiempo pasado y oscuro que, quizá, ya nos esté envolviendo hoy, lamentablemente. Un abrazo, Ángel.
Triste y gris tu relato, Puri. Creo que esa pesadilla recurrente dice algo más que la necesidad de cuidar la naturaleza; su color gris se puede referir no al pasado, sino al futuro.
Nos leemos
Gracias, Isabel, por tu comentario y tu reflexión. En efecto, esa negrura es más bien futuro, aunque ya fue pasado. Ese pasado del que no aprendemos casi nada y por eso vuelve, una y otra vez. Un abrazo, guapa.
UN sueño que nos traslada a otra época donde la oscuridad, la muerte y la ceniza invaden el entorno por un incendio que no sólo hace arder los áboles y la tierra sino que además borra el paso por este mundode seres queridos y amados que nos incitan a que nada de todo ese horror se vuelva a repetir. UN saludo, suerte Purificación
Gracias mil, querido Manuel, por leer y comentar mi cuentito, que es algo desesperanzado esta vez.
Como bien dices, ojalá que el horror no se repita, pero si nos sumergiéramos de nuevo en la negrura, alcemos la cabeza hasta encontrar de nuevo el sol y la luz. Un beso, guapo.