32. Armonía familiar (Juana María Igarreta)
Cuando Rosalía se quedó embarazada inesperadamente, la noticia en la familia fue un mazazo. Carmen criticó duramente la conducta de su hija menor, tildándola de casquivana y desvergonzada, llegando incluso a decir que se alegraba de que el abuelo estuviera muerto, porque así se libraba de sufrir semejante deshonra en su propia casa. Más vale que Ángeles, siempre generosa con su hermana, así como Juan, el buenazo de su marido, se encargaron de quitar hierro al asunto, mostrando todo su apoyo a la futura madre soltera.
Hoy la familia está reunida en casa de la abuela, últimamente delicada de salud. Rosalía contempla a su madre, ¡cómo le gustaría hallar en su mirada un poco de comprensión! ¿Y si le contara de una vez la verdad?
Ángeles disfruta viendo jugar a Ángela, su pequeña, con Rosita, su sobrina. No hay primas en el mundo más unidas.
Juan, observando la armonía familiar, piensa en que a veces la ignorancia, con toda la mala prensa que lleva, es el estado óptimo al que pueden aspirar algunas personas para ser felices. Incluidas sus dos hijas.
About Post Author
Se suele decir que «cuánto sufre el que sabe», aunque frases hay muchas, como que «la información es poder». Se contradicen entre ellas y todas tienen su parte de razón, solo que en algunas circunsyancias son más aplicables unas u otras. En el caso de tu relato, el silencio parece la mejor opción, porque la verdad haría daño y no solucionaría nada, la armonía entre las hermanas (y falsas primas) lo confirma.
Un relato que muestra que no hay nada ni nadie perfecto y que todo tiene un precio, la paz y la tranquilidad también.
Un abrazo y suerte, Juana
Hola, Ángel. Hoy en día las cosas han cambiado y supongo que una ocultación de este tipo sería menos duradera que hace tiempo. Ahora, esta armonía familiar tarde o temprano saltaría en pedazos. Si no cuando las niñas son pequeñas, un poco más tarde. En este caso, Rosalía lleva cada vez peor pensar en que la madre muera sin saber la verdad, injusto para ella y también para su madre, y está pensando en decírselo, con la esperanza de encontrar algo de entendimiento y comprensión por parte de ella. Gracias por tus palabras y otro abrazo para ti.
Juana que bien nos llevas hasta esa sorpresa final. Con cuatro palabras has añadido un plus de categoría a tu relato.
“Ojos que no ven…”
Ante todo una buena armonía familiar, por supuesto.
Encantada de leerte, Juana.
Saludos
Hola, Pilar, me alegra saber que he sabido guardar la sorpresa hasta el final. Hasta ahora ha valido esa aparente armonía familiar, pero no sabemos qué decidirá al fin Rosalía. Ella no lo lleva bien. Mil gracias por pasarte y comentar. Saludos también para ti.
La última frase del relato nos revela su secreto, muy bien guardado hasta ese momento. Una armonía familiar basada en la ocultación de unos hechos por parte de dos de sus miembros. A veces no se revelan estos secretos familiares para evitar males mayores, sobretodo si hay niños implicados. Las decisiones pueden ser muy difíciles y en relato nos muestras esa tensión a través de los pensamientos de Ángeles y Juan. Enhorabuena, Juana María!
Un abrazo y suerte.
Hola, Josep Maria, como dices, si la armonía familiar está basada en esconder una verdad, es muy difícil contar lo sucedido. Rosalía está sopesando si le merece la pena hablar con su madre antes de que muera. Ve injusto no hacerlo y llevarse ella toda la responsabilidad. Juan lo tiene muy claro, la ignorancia evita sufrimiento. Muchísimas gracias por tus palabras. Otro abrazo para ti.
Tan buenazo resultó Juan que embarazó a las dos hermanas, no por nada dicen que «el silencio es salud», y para completarla, nos enteramos de que Ángeles, la esposa de Juan, lo ignora todo, incluyendo que las primitas son en realidad hermanas…
Tremenda armonía familiar, Juana, y tremenda historia.
Un beso desde esta primavera argentina recién estrenada,
Mariángeles😇😇
Hola, Mariángeles, así es, esa armonía familiar esconde una bomba. Mientras a Rosalía le está pesando la ocultación, Juan no duda en que las cosas tienen que seguir estando como están. Se juegan demasiado. Muchas gracias por comentar. Otro beso desde esta Pamplona otoñal.
Ya vemos lo mucho que le interesa a este Juan, seguir ocn la boca cerrada. Buena vuelta de tuerca al relato. Suerte Juana, abrqzos
Hola, Manuel, pues sí, Juan lo ha tenido siempre muy claro y espera que Rosalía se siga manteniendo callada. Muchas gracias por leer y comentar.Otro abrazo para ti.