77. Las huellas de Sophie
Hace ya dos horas que salí de la cabaña y sus huellas continúan guiando mi camino. Está empezando a anochecer. El viento agita los árboles y apuro el paso, temerosa de que los copos de nieve acaben por hacer desaparecer su rastro. Es el suyo. Lo sé. Recuerdo el día en que le regalé aquellas pequeñas botas . «¡Mira mamá, dibujan estrellas sobre la nieve…!» De cinco puntas. Inconfundibles . Partían desde la leñera y avanzaban hacia el suroeste. Y yo detrás.
Tras la Colina Wergen comienza un bosque en el que sé que nunca se hubiera atrevido a entrar. Pero eso era antes. Porque estos meses fuera de casa seguro que la han cambiado. Efectivamente, su pista se pierde entre la espesura. Joseph aparece a mi lado, como salido de la nada. Le señalo las pequeñas huellas. Él me abraza y me hace tocar la nieve. Una superficie gélida y lisa. Inmaculada.
—Estaban ahí— le susurro.
Él asiente y me dice que es hora de volver . Yo me dejo llevar. Ya en casa me cobijo frente a la chimenea y él sirve la sopa.
Y de nuevo, sobre la mesa, tan solo dos platos.
Me gustan esos recuerdos de la Sophie que crece hasta marcharse, no sé si para siempre, no sé si por voluntad propia.
Un saludo, editora mía.
JM
Gran relato, Arantza,con ese final que nos llena de tristeza y nos descubre la perturbación de la madre. Sigues en forma. Mucha suerte y un beso.
Un precioso relato que te deja abierto el campo hacia varias interpretaciones. ¡que penita ese plato que falta en la mesa!
Suerte y recibe mi saludo.
Arantza, hiela ese final tan triste que dice tanto e insinúa aún más. Sensacional como recreas la locura o la cordura con esa persecución del niño que estuvo.
Me ha gustado mucho.
¡Mucha suerte para el concurso!
Abrazos.
Historia triste muy bien contada, con descripciones poéticas y un final tan bueno como desolador. Felicidades Arantza y abrazo.
Hipnótico. triste. Abierto. Bueno. Muy bueno.
Gracias a todos por acercaros a leerlo. Estuve a punto de titularlo «Ausencia», pero al final me deje arrastrar por el rastro en la nieve.
A ver si me puedo poner a comentar vuestros relatos un poquito. Justito me da para leerlos.
Besoooooooooooos
Arantza, bonitas secuencias. Nos llevan, como a la protagonista, en busca de alguien hasta casi el final, cuando debemos decidir que pudo ocurrir. Suerte y saludso
Recreas muy bien la angustia y la perturbación de la madre. Me gusta cómo usas detalles visuales, como la estrella de cinco puntas o que sólo haya dos platos, para provocar sensaciones. Muy buen relato.
Suerte y saludos,
La dureza de la ausencia, la madre que no se resigna, una esperanza quizá vana, pero que ella necesita mantener viva para no morir también. Espléndido relato. Un saludo
Desolador, triste y muy bien contado el desgarrador dolor de la ausencia. Un abrazo. Gloria Arcos
Cuando lo escribí no me parecía tan triste…ahora que estáis todos tan apenados tendré que hacérmelo ver…jajjaja..Gracias por leer y comentar
Arantza, triste y angustioso relato de una madre que no acepta la realidad. Me ha gustado. Abrazos.
Muy bien narrado Arantza. Un acierto usar la 1ª persona. Nos metes de lleno en la mente perturbada de esa pobre madre que no acepta la ausencia de su hija. Preciosas descripciones y gran final. Un besote y mucha suerte!!!
Muy duro y triste tu relato, con descripciones muy definidas y con ese final desolador para los protagonistas que se dan por vencidos,al ver solo los dos platos sobre la mesa.
Besos y suerte.
Muy poéticas esas huellas de estrella de cinco punta. Triste final pero muy bien contado,
Suerte y felicidades.
Besicos muchos.
Me ha parecido muy original tu forma de abordar la muerte de un hijo desde una perspectiva diferente a la que estamos acostumbrados. Será por eso que confiere al relato esa tristeza especial: nos desvelas a la vez una doble pérdida, la de la hija y la de su propia existencia, ya rota para siempre.
Suerte y saludos.
Conmovedor este relato ganador. Me ha impactado cómo la madre ve esas huellas que su niño le muestra que solo existen en su mente. Grande.