13. UN PUEBLO DE CASTILLA (Paloma Casado)
La niña se eleva en el vuelo de un “duble” acompañada por la canción de las que dan a la cuerda. Cerca, siete chavales desarrapados y sudorosos juegan al futbol. Dos piedras limitan la única portería defendida ahora por un niño con flequillo y costras en las rodillas. Sentadas a las puertas de sus casas, tres ancianas de negro zurcen ropas zurcidas entre charlas y suspiros. Desde la ventana de su vivienda, una mujer parece observarme y por un momento, absurdamente intimidada, bajo la mirada. En la iglesia se acaba de celebrar una boda y los novios reciben una lluvia de arroz con la que los invitados les desean prosperidad. Quizás, sea el día más feliz de sus vidas. Quizás lleguen después las decepciones, la enfermedad de un hijo o las malas cosechas. Es muy probable que uno de los dos parta primero y las lágrimas acaben oxidando el tiempo del reloj superviviente. Todos: niños, ancianos y jóvenes pretendemos burlar nuestro destino arropándonos con juegos, con palabras, con amor. Ellos, los vecinos de este pueblo congelado en imágenes no saben que están muertos.
Todo está en constante cambio, cuando no en desaparición. Los habitantes de este peculiar pueblo tienen la suerte de perdurar, pero también la condena de estar encerrados en sus rígidos personajes y papeles inanovibles, sin más futuro, bueno o malo, en el horizonte.
Un relato de contrastes, costumbrista, casi más propio de otra época, con un giro final propio de la más moderna ciencia ficción.
Un abrazo y suerte, Paloma.
(Siento la errata «inanovible», Paloma. -Es lo que tiene escribir con el móvil-).
Te mando otro abrazo.
Precioso relato, Paloma como tus cuadros, uno de los cuales atesoro y cuelgo en las paredes de mi hogar. Muchísimas gracias por esa hermosa escena cántabra que me traje de la microquedada de ENTC. Sí, tienen razón nuestro compis. Esas fotos retienen el tiempo, atesoran historias vividas en el pasado y son lo más cercano a la inmortalidad. Un abrazo muy fuerte y sentido, querida Paloma y de nuevo mil gracias por ese presente y por hacer posible que viviera mi sueño: ver Paris con todo su esplendor y belleza y especialmente por poder compartirlo con aquellos a los que más quiero: mis hijos. Un abrazo inmenso y siempre agradecida. Gloria
Me ha encantado!
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios. Estuve viendo un documental sobre fotografías y se me ocurrió que son lo más parecido que tenemos a la inmortalidad.
Pues sí, las fotografías tiene la magia de capturar un instante para siempre. Un micro con un toque nostálgico y muy poético.
Un abrazo y suerte.
Gracias, Rosalía. Creo que las fotos del pasado siempre despiertan nuestra nostalgia porque evidencian el paso del tiempo.
La inmortalidad que nos da la fotografía esas que dicen muchos que teroban el alma y te quitan años de vida. Una escena bonita, contumbrista e inmortaizada. Bonito relato, Paloma, suerte
Guau. Las fotos en b/N tienen algo de tierno, y también de eterno, si se me permite el juego. Tú relato es como una máquina de esas de diapositivas, un juego de escenas eternas, visibles y transparentes a la vez.
Enhorabuena, Paloma
Precioso relato. Mucha suerte!