Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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18 ;)

El abuelo talló en madera cada una de las veintiocho piezas de un dominó.

Fue el último regalo que le hizo a su nieto, quien, por temor a estropearlo, lo guardó en el fondo de un cajón.

Hasta que una tarde de tormenta (también de aburrimiento, caídas de red y cortes de luz), decidió desempolvarlo para jugar con sus colegas.

No pudo evitar emocionarse, los ojos le brillaban mientras mezclaba las fichas dispuestas boca abajo sobre el tapete.

¡Cuántos recuerdos!, les dijo a sus amigos, ¡os juro que acabo de ver la sonrisa de mi abuelo!

Nunca les contó que la vio grabada en una muesca diminuta en el seis doble…

21 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Hay objetos materiales que asociamos a las personas que se fueron, porque es imposible separarlos de recuerdos importantes. Sabemos que no podremos llevarnos nada al otro lado, si es que existe, pero sí dejar algo que sirva de recordatorio y homenaje.
    Un abrazo y suerte, Aurora

  2. Qué tierno, Aurora!
    Yo conservo una moneda de 10 céntimos de los antiguos, que me dio mi abuelo para que me trajera suerte. Nunca me preocupé de comprobar si era así o no, pero cada vez que abro el cajón y la veo, se me pinta una sonrisa como la de esa ficha de dominó de tu protagonista.
    Suerte y un besazo.

    1. Aurora

      Ana María, mil gracias por tu comentario y por compartir tu historia, para mí ha sido un regalo (te lo digo con absoluta sinceridad). ¡Me ha encantado!
      Abrazo

  3. Rosalía Guerrero

    Me ha encantado ese abuelo que deja su recuerdo en forma de dominó, y también en forma de marca para que su nieto siempre tenga «suerte».
    Un abrazo y suerte también para ti.

    1. Aurora

      Muchísimas gracias por tu comentario, Rosalía, siempre animas ¡gracias! Llevas razón, seguro que le da suerte y no se olvida.
      Abrazo

  4. F. Javier Cano

    Magnifica idea, Aurora y maravillosamente narrada. Ese abuelo ebanista quiso dejar su firma con esa pequeña muesca que representara su sonrisa y así, permanecer inmortal en el recuerdo de todo aquel que jugara con su dominó al abrir con el seis doble.

    Felicidades. Me ha encantado.

    Un fuerte abrazo

    1. Aurora

      Pues casi que ahora veo mejor narrado tu comentario que mi relato, jajaja
      Dejó su huella, su «sonrisa» en el seis doble.
      Muchas gracias, Javier 🙂
      Abrazo

    1. Aurora

      Muchas gracias por tu comentario, Manuel. Como apuntas, dependiendo para y de quien sea, son muy especiales (mágicos) los trabajos hechos a mano.
      Abrazo

  5. Aurora

    Muchas gracias por tu comentario, Juan.
    Sí que podríamos irnos por lo esotérico como apuntas y cambiar la muesca del punto y coma y el paréntesis por un tercer seis, adiós sonrisa y vaya con el abuelete nigromante jajaja
    Abrazo

  6. Gloria Arcos Lado

    Un relato lleno de ternura y amor intergeneracional, Aurora, representado magníficamente en ese seis con esa sonrisa pintada por ese abuelo tan lleno de cariño. Un abrazo inmenso. Gloria

  7. Un abuelo que no morirá del todo, no solo porque el nieto le recuerda, sino que quedará también para los que jueguen con esas piezas aunque no le conocieron (y que el nieto explique cómo ver la muesca a sus descendientes 😉 – simpático detalle!
    Un abrazo,
    Carme.

  8. Aurora

    M.Carme, muchas gracias por tu comentario,¡qué bien! Me alegra mucho. Es verdad lo que dices, quedará el recuerdo también en las piezas…
    Abrazo

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