58. OS CUENTO (Isabel Cristina)
Ambientado en el coqueto cementerio de Sayalonga.
Estoy segura de que mi Juanito fue el difunto menos muerto del cementerio.
Me explico:
Siendo un crío, Frasquito, el del tío Nene, le dio una pedrá a mi niño que le hizo eterna su mirada cuando le colocaron ese horrible ojo de cristal.
Desde aquel día, cuando mi Juanito se lo cruzaba le gritaba: “ME LAS PAGARÁS” y lo miraba fijamente con ese mirar raro e interminable. Así lo hacía en el cole, así lo hacía si se tropezaban por la calle y más adelante, cuando coincidían en la taberna…”ME LAS PAGARÁS”, “ME LAS PAGARÁS”…
Quiso la vida que tuviéramos que enterrar a mi Juan. Lo hicimos con su ojo inútil totalmente despierto. Incapaces fuimos de cerrárselo.
Frasco ya no duerme. Cierra los ojos y un pensamiento involuntario le da un fogonazo de luz penetrante. Aquel agujero-vengativo lo contempla. Frasco percibe la amenaza como un ritual maldito. Nota como sus órganos están paralizándose y su piel descomponiéndose sin remedio alguno.
En el pueblo se murmura, que ahora, también cohabita con nosotros un muerto en vida.
Esa mirada detenida pero eterna es una maldición para Frasco y su conciencia acusadora no lo dejará vivir, de ahí que se haya convertido en un muerto viviente. Una propuesta ideal para estos días de Santos y difuntos y para la convocatoria que nos ocupa. Estupendo, Isabel Cristina. Un abrazo y suerte 🤗
El remordimiento y el temor, iniciado con un hecho en la infancia y mantenido durante toda una vida, son una combinación de la que es difícil escapar. Puede que en tu historia no haya nada sobrenatural, pero el miedo es tan libre como terrible, capaz de matar a una persona en vida.
Una historia perturbadora, con una realidad nunca superada, siempre permanente.
Un abrazo y suerte, Isabel Cristina
Es muy atractiva la idea deel ojo eterno y las aptitudes que le confieres de no ser un sólo objeto, sino mucho más, un arma aterradora. Simpático e inquietante al mismo tiempo. Suerte Isabel.
Me gusta la ambientación, nombres incluidos, que le has dado a tu relato porque encaja perfectamente con la historia.
Por un lado «el menos muerto del cementerio» y por otro «un muerto en vida». Muy bueno Isabel Cristina.
Un abrazo
Hola, Isabel Cristina. Me gusta mucho la forma en que cuentas la historia con esa naturalidad que nos ubica en un pueblo, donde las personas están condenadas a verse todos los días, o casi, para lo bueno y para lo malo, en este caso para mantener viva la amenaza de venganza, la que no termina sino que se potencia con la muerte de Juan.
Un relato disfrutable. Enhorabuena, y suerte.
Un cálido saludo