72. Bestseller
“Y a ti, pequeña Olga, te dejo la inmortalidad”. Esas fueron las últimas palabras del abuelo. ¡Qué faena! Los demás habían heredado cosas fáciles de encontrar: dinero, joyas, tierras… Yo, por el contrario, algo que no sabía ni para qué servía ni dónde se hallaba.
Una cosa estaba clara: ninguna inmortalidad de esas me iba a devolver a mi abuelo, pero si no quería defraudarlo, tenía que hacer lo imposible por encontrarla.
Vacié cajones, armarios y alacenas. Pregunté a la abuela, a los tíos y a mis padres. Nadie sabía dónde la guardaba.
Durante años consulté uno por uno los libros de la casa, de la biblioteca y de las librerías. Todo fue en vano.
Viajé por el mundo, crucé valles, selvas remotas y lugares inhóspitos. Entremedias aprendí de los más sabios, amé, olvidé y conviví con media humanidad… No sirvió de nada.
Un día volví a casa con las manos vacías. Lloré: había estado casi media vida buscando la herencia sin éxito, ¿cómo explicarle a mi abuelo mi fracaso? ¡Tenía tantas cosas que contarle!
Cogí una hoja en blanco, tomé aliento y escribí la primera frase de miles de páginas: «Y a ti, pequeña Olga, te dejo la inmortalidad».
Una herencia maravillosa, sin duda, mucho mejor que un chalé en la sierra.
Estoy convencida de que ese libro, dedicado sin duda alguna al abuelo, le dará a Olga más satisfacciones que el dinero, las joyas o la tierra del resto de la familia. Eso, sin contar todo lo vivido y aprendido por el camino.
Enhorabuena Elena: un fabuloso micro, como no podía ser menos.
Besazo fuerte.
Como Ana María, también pienso que la herencia que le deja el abuelo no tiene precio. Además de la inmortalidad literaria, en su búsqueda también le regala una vida llena de sabiduria y experiencias.
Un micro narrado con maestría y con un final que cierra el círculo.
Un abrazo y suerte.
Así es, Rosalía, lo importante para escribir es tener algo que contar. Un abrazo y gracias por leer.
Gracias, Ana María, cierto, hay legados de más valor que el económico. Gracias por leer.
Nada más inmortal que empezar la primera frase de algo que puede quedar de por vida. La experiencia, el viaje, el camino es la propia inmortalidad. Buen regalo el del abuelo y tu relato. Suerte
Escribir es pervivir. Gracias por comentar. Un abrazo.
Parte de la magia de la literatura es su vocación de perdurar. El tiempo que tardó Olga en averiguarlo no fue en vano, esas vivencias durante la búsqueda han enriquecido su vida y ahora podrá contarlas, compartirlas y hacer que les sirvan a otros. La calidad nunca pasa, las buenas historias que leemos viven en nosotros. Te deseo suerte con la tuya, emotiva y llena de buenos mensajes
Un abrazo, Elena
Gracias, Ángel, por tus comentarios certeros y generosos. Un abrazo
La herencia inmaterial es lo que tiene…La literatura es un buen camino para perdurar. Un preciso relato. Un abrazo y buena suerte!
Gracias por leer y comentar, las mejores herencias son las que te hacen crecer. Un abrazo.