13. El éxtasis de sor Natalia (Elena Bethencourt)
Es mentira que los ángeles no tengan sexo. De hecho, son muy juguetones, te acarician con sus plumas y te aman en el aire entre... Leer más
61. Interrumpir la vida para vivir (Elena Bethencourt)
Cojo óleos, pinto montañas y estrellas y, cuando termino, impregno todo el lienzo de blanco y creo algo diferente: franjas de tulipanes, bosques o el... Leer más
31. Aerofobia (Elena Bethencourt)
Después de realizar el curso para vencer el miedo a volar, puedo decir que estoy curado. Así que, en vez de hacer el trayecto interminable... Leer más
37. Incomprensión (Elena Bethencourt)
«¿Lo entiendes?», le pregunté al ver que estaba a millas de distancia de la lección. Sin mediar palabra, se levantó del pupitre, tomó los lápices... Leer más
60. La jaula (Elena Bethencourt)
A los cuatro años, miraba las golondrinas y pasaba las horas agitando los brazos hasta que por fin un día salió volando. —Un niño pájaro,... Leer más
61. H2O (Elena Bethencourt)
Es agosto con ese calor que abrasa los cuerpos. La humedad se adhiere a la piel. En un banco de la plaza un hombre tiene... Leer más
37. Maguas o Paraíso canario (Elena Bethencourt)
Creo que cuando todo termina vuelve a empezar. Por eso estoy segura de que hoy regreso a mi tierra. Al fisquito de gofio. Al no... Leer más
28. LA SANTERA (Elena Bethencourt)
Cuando vivíamos en La Habana, la abuela hacía milagrillos, amarres, magia blanca y leía el porvenir en la ceniza de su puro. Al mudarnos a... Leer más
49. Tejido familiar (Elena Bethencourt)
Mi juventud son recuerdos de un taller de costura en Michoacán, un mundo de agujas, seda y lino donde mujeres de retales adorábamos a hombres... Leer más
60 La mujer de piedra (Elena Bethencourt))
Desde joven coleccionaba amores de diferentes materiales. Primero cortejó a la chica de papel, pero se le hacía pedazos en los días de lluvia. Luego... Leer más