26. El fin de los tiempos
El fin del mundo se acercaba. Todos los informativos pregonaban la noticia. La humanidad había alcanzado su mayor momento de esplendor. La inteligencia artificial exploraba el espacio, daba respuesta a problemas insolubles y era punto de inflexión tecnológico. Sin embargo… Muy pronto solo quedaría un negro abismo de nada.
Un error de cálculo era la causa. Un fallo en las complejas ecuaciones de un experimento afectó al tejido mismo de la realidad. Las leyes de la Física se tornaron inestables, el desequilibrio creció sin tregua y la existencia alteró su naturaleza.
Los primeros signos del fin aparecieron despacio. Los fenómenos naturales devinieron caóticos: tormentas, terremotos, volcanes… Y pronto la urdimbre del planeta comenzó a desmoronarse. Las leyes de la Ciencia no servían. La gravedad fluctuaba, el tiempo se distorsionaba y todo era caos y anarquía. El mundo conocido se desvanecía.
A medida que el momento se acercaba, el ser humano tomó conciencia de su destino. Lejos de la desesperación, se armó de valor para celebrar entonces la vida y el amor compartido. Unidos en silencio, los hombres miraron al Cielo. Última esperanza, eterno consuelo.
Muy curiosa la forma en que describes el fin del mundo, por un error de cálculo que altera las leyes de la física. Yo me lo imagino como un colapso causado por el ser humano, aunque tampoco hace falta imaginar mucho para verlo venir… Sin duda tu versión es mucho más original.
¡Y también más optimista!, me gusta eso de que celebren la vida y el amor compartido. Es lo que deberíamos estar haciendo ya, en realidad.
Un abrazo y suerte.
Hola, Rosalía. Hay tanto barullo con el tema de la inteligencia artificial y sus efectos que a saber por dónde podrá venir el golpe final pero sí he querido dejar esa pequeña nota de esperanza. Muchísimas gracias.
Cuando todo está perdido, no debería haber un desesperado y caótico «sálvese quien pueda», o, de forma más básica, un egoísta «tonto el último», sino todo lo contrario, un unirse para terminar juntos. La esperanza no se pierde nunca, quién sabe, quizá tanta energía sumada obraría el milagro de que todo se recompusiera, con gran aprendizaje global. En todo caso, lo que planteas al final de tu relato sería un acto de dignidad absoluta, un broche último, aunque todo terminase.
Un relato acorde con el tema propuesto, el final de los finales, el final último, pero tomado con nobleza.
Un abrazo y suerte, Marta
Hola, Ángel. Me gusta mucho esa reflexión última que haces en torno a la nobleza. Ojalá fuéramos capaces, ¿verdad? Muchísimas gracias por el cuidado con el que lees siempre los textos y la generosidad de tus comentarios.
Hola Marta, un intrigante relato apocalíptico, un cuadro desolador del fin del mundo, provocado por un error en la inteligencia artificial y un experimento que altera las leyes de la realidad. La narrativa evoca una sensación de desesperanza y el desmoronamiento de la realidad conocida. Sin embargo, destaca la resistencia humana ante la adversidad. Buena combinación. Suerte
Muchas gracias, Manuel. Sí que me ha quedado un pelín apocalíptica esta historia, ¿verdad? Ojalá nunca se cumpla y ojalá que en algún momento la inteligencia humana reaccione.
Unas mirada desoladora y apocalíptica, cercana a lo que podría entenderse como el fin de mundo. La verdad que la irrupción de IA da un poco de miedo y crea incertidumbres…Al menos a mí. Un abrazo y suerte!
Nos leemos.
Muchas gracias, Mª Paz. Sí que da un poquito de miedo, sí…