49. All’alba vincerò (Alberto BF)
Una suave brisa matinal acarició su cara. Levanzo a babor, Favignana a estribor y por la proa ya se divisaba Trápani. Esa noche levantarían el telón en su querida Palermo, en la que tantos éxitos habían cosechado.
Enrico, asegurándose de haber calculado bien los tiempos y con semblante pensativo, ingirió un oscuro líquido.
Les contemplaban décadas de actuaciones en los cinco continentes, con excelentes críticas y algún fracaso esporádico, pero para la Compañía no existía otro lugar como el Teatro Massimo. Allí comenzó todo, y no podía haber un mejor escenario para su final.
Representaban “Turandot”, de Puccini. La gran joya de su repertorio. Enrico encarnaría el papel del príncipe Calaf, su personaje favorito, y no veía el momento de comenzar la actuación.
Llegadas las nueve al fin se alzó el telón, y tras dos primeros actos emocionantes, empezó el tercero, en el que Enrico interpretaba su aria fetiche: “Nessun Dorma”.
Cautivó a todos los presentes con su torrente de voz, y cuando pronunció el tercer “Vincerò” se desplomó inerte en el escenario. El veneno hizo su efecto en el momento deseado.
Bajaron el telón rápidamente, pero en la retina del público quedó grabado el más épico final jamás soñado.
Una actuación única, por su sinceridad, entrega, realismo y, en especial, por ser irrepetible. Si lo que buscaba tu personaje era pasar a la historia y deslumbrar lo consiguió con creces, otra cosa es el elevadísimo precio que pagó.
Un relato bien documentado y muy visual, con un protagonista capaz de darlo todo por su profesión, entendiendo «todo» en sentido literal, hasta el don más preciado, la vida.
Un abrazo y suerte, Alberto
Muchas gracias por tu comentario, Ángel.
Quién sabe… tal vez el protagonista ya tuviera decidido poner su punto y final, y no se imaginó otro mejor que este.
Un abrazo, y suerte para ti también.
Fantástico relato con banda sonora, con una bajada de telón definitiva. A los y las amantes de la ópera les va a encantar.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias por tu comentario, Rosalía.
Un abrazo y suerte para ti también.
Un final épico para una ópera no menos épica y dramática, bien encerrada la trama en ese entorno de arias y grandes voces. Suerte,Alberto.
Muchas gracias por el comentario, Manuel.
Suerte para ti también, y un abrazo.