105. El profesional
El cabello de la víctima aparece empolvado, sin lustre, tras haber barrido la nieve con surcos inquietos, convulsivos, aventura, amargamente, el viejo policía. Recostada sobre la mesa de metacrilato del hotel, la chica recuerda una marioneta abandonada.
El inspector contiene las lágrimas, mientras deforma con rabia los guantes de látex que su compañero le acaba de pasar…
Por la noche, derrotado sobre su cama, llorará acariciando una foto, buscando culpables, tratando de apresar demonios… antes de que huyan camuflados entre papeleos legales.
Ahora no, ahora no puede alterar la escena. Por eso no retira cariñosamente ningún mechón de la joven, ni arropa su espalda desnuda, ni limpia el rastro de nieve de su cara… Ahora, el inspector jefe lanza un beso de buenas noches a su hija muerta.
Conmovedor.
Amparo, vaya situación para un padre. Tu cuento está bien pensado y escrito, con ideas claras y visuales. Suerte y saludos
Tremendo relato. ¡Pobre padre inspector! Muy bien contado y con un final sorprendente y muy impactante. ¡Felicidades!
Es fabuloso tu micro Amparo, muy duro pero muy bien contado. Me ha encantado. Te deseo mucha suerte.
Besicos muchos.
Creo que la profesional eres tu, Amparo, de bien contado, el relato triste, la venganza ya veremos.
Un beso
Buen micro y esa maldita nieve en la cara… me repito lo sé, pero qué quieres… me ha gustado mucho 🙂
Un abrazo y ¡suerte!
Durísima situación para un padre.
No quiero ni imaginar lo que estaría sintiendo en un momento así.
Muy bueno.
Un abrazo.
Amparo, relato crudo e impactante. El título lo dice todo. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Como te dije en tu blog, me golpeó muy duro.
Eres terrible amiga, siempre tienes un as en la manga.
Un abrazo y mucha suerte.
Luis.