RESULTADO DEL 1º Concurso de Microrrelatos EL CAFÉ

Dentro de las actividades programadas para nuestro

13º ENTCuentro en Cabezón de la Sal,

invitamos al restaurante donde cenamos el sábado 2 de marzo de 2024 para que celebrara su

1º Concurso de Microrrelato EL CAFÉ

a través de nuestra web. El plazo ocupó todo el mes de febrero y propusimos como condición única, además del límite de las 100 palabras, que alguno de los protagonistas del relato fuese camarero o camarera.

El sábado 2 de marzo, al final del picoteo de la noche, Guillermo Baraja (Willy), responsable del restaurante hizo público el título de los tres relatos  que han sido premiados.

Los relatos premiados han sido:

 

AMO MI TRABAJO, de Ángel Sáiz (Madrid)
En cuanto apareció se encendieron mis ojos. Me temblaba el pulso al servirle aquel café mediano. Más guapa que nunca, esperó con paciencia a que terminase mi turno. Cuando todos los compañeros se marcharon, antes de que yo cerrase el restaurante, ella dijo sin rodeos que no era feliz en su matrimonio. De inmediato, los besos apasionados enmudecieron a las palabras detrás de la barra.
Dijo que debía regresar junto a su marido e hijos. No le confesé que me había confundido con su antiguo novio, mi hermano gemelo, a quien sustituyo algunos fines de semana.

 

GAJES DEL OFICIO, de Ángel Barceló (Castilla La Mancha)
Hora crítica, la cafetería llena de gente y ha fallado un camarero. La típica “cagaprisas” apremia a voces con insoportable tono de pija repelente: «Por favor, atiéndame. Un cortado descafeinado, en vaso, no en taza, leche semidesnatada tibia, nada de espuma, sacarina y unas gotitas de Bayleis, sólo si es esa marca».
Pili, la paciente camarera, lamenta su suerte. La pija insiste: «rápido, tengo prisa». En un instante le sirve el cortado con media sonrisa. Ha puesto leche entera y crema de whisky marca blanca. La tipeja protesta por la demora, pero lo saborea a sorbitos durante cincuenta largos minutos.

 

LA VIDA SECRETA DE UN CAMARERO, de Nieves Torres (Asturias)

Si los dueños de El Café analizaran las grabaciones de la cámara de seguridad, repararían en un hombre de mediana edad que entra, le susurra algo al camarero y desaparece tan discretamente como ha llegado.
Si se fijaran, verían que entonces él desaparece unos minutos y vuelve con un brillo especial en los ojos.
Si pudieran seguirlo, si fueran tan megarrápidos como él, lo verían cambiarse, frustrar un atraco, evitar un atropello o detener una agresión, cambiarse de nuevo, esconder las mallas y la capa y volver a entrar sin haberse despeinado.

 

El convocante había establecido como premio una cesta de productos de Cantabria para un único relato, pero su interés por incorporar otros relatos le llevó a buscar detalles extras para destacar a un par de ellos más. Por nuestra parte (no vamos a ser menos generosos…), si sus autores nos lo permiten, incluiremos los tres relatos en nuestro recopilatorio de 2024.

Gracias a todos los participantes por el precioso concurso que habéis realizado y gracias a Willy por la ilusión con el que ha ha afrontado el reto de convertirse en jurado del concurso.

Y finalmente, enhorabuena a los ganadores.