22. Las otras ( Paz Monserrat)
Me gustan los hombres, pero jamás me arreglo pensando en ellos. Qué sabrán de si visto con gusto, voy bien maquillada o repito modelito. Las mujeres, en cambio, me catalogan, me admiran o me critican. Y yo a ellas. Con la pasión que se requiere.
Empezaba a olvidar a mi exmarido, cuando supe que estaba con otra. La herida supuró de nuevo. No descansaba imaginando a esa desconocida. Mi informante señaló que era muy alta. Todas las chicas espigadas que veía por la calle, en el autobús, en el súper…podían ser Ella. Yo las observaba con descaro, escrutando cualquier detalle delator. Un día una chica altísima que hablaba por el móvil ─ ¿con mi ex? ─ me sostuvo la mirada. Yo no me achanté ante ese desafío, claro, y respondí como merecía.
Ahora hay otro hombre en mi vida. Ya no me preocupa el destino de aquella larguirucha con mañas de arpía. Estoy contenta, centrada en esta nueva relación. Para sentirme del todo satisfecha solo debería indagar un poco más. De momento sé, lo dijo mi novio, que su ex era bastante bajita. Ya noto la adrenalina trepando por mis músculos. La nueva temporada de caza está al caer.
Qué bueno Paz, esa necesidad de compararse y de pronto saber que es muy bajita esa expareja, qué gustazo jajaja. «Las heridas que supuran», qué bueno y esa inseguridad del personaje central que queda por debajo del texto. Muy bueno, muy del día a día, mucha suerte.
Abrazos
¡Muchas gracias, Manuel! No hay nada como la inseguridad para no estar nunca tranquila, jaja. Abrazos de vuelta.
Esta mujer tiene una fijación que, por mucho que cambien su vida y sus circunstancias, nunca va a variar. Si, como en el primer caso, se reduce a una mirada de desafío, no tendrá mucho problema, ni ella ni las personas que se le ponen entre ceja y ceja, pero las obsesiones pueden terminar mal, con consecuencias.
Interesante personaje, sin duda.
Un abrazo y suerte, Paz