28. Nos quita mucho tiempo (Jesús Miguel Valls)
Toda la familia tenemos prisa por el asunto de la herencia y la enfermedad terminal de mi marido nos está quitando mucho tiempo. Sabemos que hay muchas razones para que la muerte se lo lleve pero parece que la Parca tiene mucho trabajo pendiente y no acaba de llevárselo a la otra vida. Tras un tira y afloja con la familia, hemos decidido hacer trampa con la medicación y yo misma le he administrado un surtido mortal de pastillas.
El efecto ha sido instantáneo. Mi marido ha saltado de la cama con una inexplicable energía, se ha puesto a agitar los brazos, como si de las alas plateadas de los querubines se tratara, se ha lanzado al vacío por la ventana y en cuestión de segundos se ha estrellado en el pavimento. Que desgracia. Después de todo solo agilicé su transición. Quise sentirme culpable pero no lo conseguí.
Atroz personaje, otra amargada de libro! Cruel y despiadada. Aunque el final sea de comedia ligera, la realidad es la que es.
No tengo argumentos para disculparla ni un poquito. Y a la familia, tampoco.
En este mundo hay gente para todo.
Nadie puede negar que la importancia de ser práctico y de aprovechar bien el tiempo, algo tan escaso y siempre menguante, pero hay algo que llamamos humanidad que debería estar por encima de todo o, al menos, al mismo nivel, nunca por debajo. Tu protagonista es implacable, actúa con frialdad, aunque lo peor es que no siente el más mínimo remordimiento.
Un abrazo y suerte, Jesús
Madre del amor hermoso, Jesús. Entendería que agilizara su transición para ahorrarle sufrimiento, pero ese quitárselo de encima por el tiempo (y la herencia) me parece terrible, qué malévola…
Eso sí, el sentido del humor (negro) que no falte. Me encanta.
Un abrazo y suerte.
Un relato negro, muy negro, que me ha gustado mucho. Rompes con los relatos de matrimonios felices, abuelitas bondadosas y niños listisimos: eso tambien es ficcion y se reivindica en esta historia retorcida con toques de humor negro, que ya hacia falta. Enhorabuena.
Una lata, eso de estar esperando una herencia y el finado se resista a serlo. Muy bien contado. Un saludo.