53. UNA MENOS
Parecían dos amigas charlando en aquella abarrotada sala de aburridos rostros y sofocante calor. Llevaban dos horas largas y el aire desprendía un olor a sudor agrio. Ya faltaba poco. Cada una de ellas sumida en sus pensamientos ocultaba, tras una fingida sonrisa y conversación insulsa, el deseo de que sucediera algo antes de que la pantalla escupiera el número de la otra.
No pasaron ni cinco minutos cuando notó un peso sobre sus pies: la compañera de al lado se había desplomado justo en el momento en que aparecía en la pantalla su número: perdería el turno. Nadie se movió, todos pendientes de aquella luz en la pantalla que les daría la oportunidad de mejorar sus vidas, o no.
Saltó su número, se desprendió suavemente de aquel “bulto” y con paso decidido atravesó el oscuro pasillo. Un rostro sin gestos la observaba al otro lado de la mesa, depositó su carpeta llena de futuro y esperó.
No habían transcurrido ni cinco minutos y antes de que abandonara el lugar escuchó tres míseras palabras: Ya la llamaremos.
Una estampa muy gráfica e impactante de la lucha por la vida en esta sociedad tan competitiva. Un saludo y suerte, Dolores.
Hay derechos reconocidos como fundamentales que distan mucho de estar al alcance de cualquiera, o lo están de forms precaria, como la sanidad, la vivienda y un trabajo digno.
Un relato en el que queda bien reflejado el mundo en el que vivimos, que nos impele a ser inhumanos, a conseguir lo que no debería ser una quimera, aplastando a otros que legítimamente también buscan lo propio.
Un abrazo y suerte, Dolores
Por una “carpeta llena de futuros” era capaz de cualquier cosa: ignorar la desgracia ajena. Un relato nada lejos de la realidad que vivimos, en la que en muchos escenarios de la vida prevalece la insolidaridad. Y si no que les pregunten a los habitantes de Gaza, qué piensan, si es que pueden y quieren hacerlo.
Me gusta.
Es terrible, pero es así: en una situación desesperada reina el «sálvese quien pueda», cuando además, no suele servir de nada, que se refleja en ese «ya la llamaremos». Siempre es mejor buscar soluciones colectivas, pero nos puede el egoísmo.
Un abrazo y suerte.
Interesante visión del ser humano y sus conductas bajo el prisma de una historia sugestiva y una trama directa muy bien desarrollada y ajustada al tema propuesto. Enhorabuena.