82. «Sistes» que no hacen gracia
–¡Ho-tia pu-ta!
–Caramba con el mocoso…
– Viene de pasar dos días con su padre. Siempre igual, no tiene en cuenta que a esta edad son una esponja.
–Un siste, mami: “Ahora la dejó el maromo, me patto”.
–¿Es eso cierto?
–Pues sí. Le llegó rápido la noticia… Te lo iba a contar hoy. Tan buena gente que parecía Luis y ya ves, solo quería aprovecharse de mi separación reciente.
–Mamá, papá dice que se rompió tu piñón, y se ríe. ¿Me lo enseñas?
–¿El piñón?… Ah, entiendo. ¿Cómo se habrá enterado de mi hemodiálisis? Que se ríe, el muy cab… Veremos quién ríe el último. He grabado esta conversación y la añadiré a otras pruebas que presentaré al juez pidiendo que le retiren la custodia compartida por mala influencia.
La conversación del pequeño es como un magnetófono, grabador y reproductor. El juez que admitiese esta prueba sería pionero, desde luego. Como también es inexcusable que ese padre es una mala influencia.
Un abrazo y suerte con esta original propuesta, Carme.
No sé qué diría el juez, pero creo que le quedaría claro de dónde lo saca. Al menos de momento no entiende mucho de qué va la cosa y sólo repite, pero si sigue con el padre al ir creciendo puede tomar un rumbo no muy deseable en cuanto a la manera de tratar a otras personas…
Muchas gracias, Ángel, por dejar tu comentario.
Un abrazo de vuelta.
Carme.
Bueno, aparte de contar «sistes» ese niño es un agente doble. Menudo peligro.
Un abrazo y suerte.
Tienes razón, Rosalía, lo que escuche decir a su madre seguro que va con la cantinela al padre.
Y, el pobre, le contaba con toda su buena intenció a la madre lo que hacía reir al padre, a ver si conseguía unas risas, pero no…
Un abrazo y muchas gracias por pararte a comentar.
Carme.