36. DESCANSO CASI ETERNO (Rafa Olivares)
Durante siglos, nadie vino a perturbar nuestro sueño. Ni siquiera los típicos vecinos que alguna vez necesitan un poco de sal o de arroz para la comida o bien quieren obsequiarnos con un racimo de dátiles recién cogidos o con un hojaldre de leche y miel. Nada, ni la más mínima interrupción o molestia. Sin embargo, cuando ya creíamos gozar del reposo eterno, empezaron a oírse golpes de pico y pala, voces, música extraña de instrumentos irreconocibles, bocinas estridentes y gritos desagradables. El ambiente se tornó insufrible, hasta que hoy ha irrumpido en la mismísima Cripta de los Faraones, con casco, linterna y lleno de polvo, un celoso escriba municipal requiriendo algo así como una Cédula de Habitabilidad de la pirámide.
Pobres Faraones! No tenían bastante con los saqueadores de tumbas que ahora también tienen que aguantar a los burócratas. Yo que ellos le atizaba en toda la cocorota con el cetro, a ver si así les dejan en paz de una vez. Y rogando porque no aparezcan los del museo…
Original y divertido relato, Rafa, mucha suerte y un abrazo.
Hola, Ana María. Ni siquiera el descanso puede ser eterno y perfecto. Siempre habrá un funcionario pata impedirlo.
Gracias y abrazos.
Nadie tiene asegurado nada, ni siquiera eso para lo que se dice que no hay remedio: la muerte. Ni aún fuera de este mundo, ni habiendo sido faraón, dejan a la gente descansar en paz, los escribas municipales son capaces de llegar donde ni los vecinos que piden arroz pueden.
Un relato muy simpático, con su trasfondo social.
Un abrazo y suerte, Rafa
Líbrenos Ra de escribas, escribanos, escribientes y cualquier tipo de amanuense.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Ni los faraones se salvan! Cada vez es más complicado eludir al funcionariado empeñado en cumplir su tarea. Aunque por otro lado no se implican tanto con las construcciones ilegales en la costa o en la montaña.
¡Que la maldición de la momia caiga sobre nosotros!
Divertido!
Quizás si la hubieran declarado pirámide turística no les habrían incordiado tanto.
Gracias, Rosa.
Besos.
Genial, Rafa, cómo mantienes la trama en el aire hasta la última palabra.
Un abrazo y suerte.
Gracias, Rosalía. No había prisa por descubrir la trama después de tantos siglos esperandao.
Un beso.
Qué mal está el tema de la vivienda (y parece que también el de la morienda). A poco que se descuiden, los declaran okupas.
Qué imaginativo y qué divertido. Un abrazo y suerte, Rafa.
Desde luego, si no tienen papiros lo tienen muy mal. Los veo directamente en un museo.
Gracias, Ana.
Abrzo.
¡Qué relato más bien hilado! Primero, con toda naturalidad, cuentas una posible situación cotidiana, y poco a poco atrapas al lector hasta llevarlo por un viaje en el tiempo hasta ese final entre arqueólogos que perturban la tranquilidad, y que demuestra, una vez más, la maestría de tu pluma, Rafa.
Un saludo y suerte con él. Nosotros ya la hemos tenido al leerlo.
La verdadera suerte es tener lectores como tú. Y donde este un buen burócrata que se quite cualquier cultura milenaria.
Un abrazo, Pablo.
Vaya, me acabas de dejar muerta. Y yo que creía en el descanso eterno… Siempre haciendo de las tuyas con tu ingenio magistral.
Lo único eterno, infinito e inabarcable es la estulticia humana. A nosotros nos queda la facultad de reirnos de ella.
Gracias, Edita.
Un beso.
Hola Rafa:
Si en vez de faraón fuese La Faraona, les habría dicho aquello de «Si me queréis, irse!».
Lo cierto es que además de original, y simpático, el relato está genial, y almacena un tesoro (si me permites el símil) detrás, por lo realista. De hecho, conozco gente que no quiere morirse por no dejar tanto papeleo a sus parientes.
Un abrazo y enhorabuena
Hola, Alberto:
Sin duda las culturas muy antiguas envidiarían el nivel de desarrollo de la burocracia alcanzado por nuestros contemporáneos.
Gracias por comentar.
Un abrazo.
Qué bien que suena la voz de ese pobre faraón, al que las obligaciones legales recientes le acaban de perturbar su descanso eterno. Me ha gustado. Es conciso, divertido y te deja pensando en la conveniencia de algunas leyes que se aprueban en la actualidad. Bravo.
Modernidades y burocracias que perturban hasta el descanso milenario.
Gracias, Jesús, por comentar.
Abrazo.