42. Quiteriano ganador (Aurora Rapún)
Se sentó en primera fila para no molestar cuando se tuviera que levantar. Era una de esas entregas de premios a las que deben asistir los finalistas para saber si han ganado o no. Quiteriano era un tipo optimista y, a pesar de haber pasado media vida presentándose a concursos y no haber ganado ninguno, seguía manteniendo la esperanza de lograrlo en cada ocasión. Antes de escribir un nuevo poema, sentía un cosquilleo y saboreaba la miel de la victoria. En cuanto recibió el correo en el que se le notificaba que era finalista, empezó a imaginar cómo iría vestido y qué palabras pronunciaría al recibir el premio.
El momento había llegado y el poeta intentaba contener los nervios, mientras visualizaba cómo ofrecería la mano a la alcaldesa cuando esta le entregara el diploma.
Cuando la periodista que conducía el acto pronunció su nombre, este compuso una sonrisa comedida y comenzó a levantarse. Se detuvo al escuchar el apellido, sorprendido por el error que desentonaba en un concurso tan bien organizado. Afortunadamente, el otro Quiteriano fue lo suficientemente rápido para llegar junto a la alcaldesa antes de que él pudiera hacer nada, justo a tiempo de evitarle el bochorno.
Ay, pobre Quiterio, resulta muy fácil empatizar con él… Y qué mala suerte, con un nombre tan poco usual, que hubiera otro finalista llamado Quiterio.
Un abrazo y suerte.
Pobre Quiteriano. Mira que es difícil encontrar a otro con el mismo nombre, pero así es la vida… Tú no lo sé, pero yo le auguro la mejor de las suertes. Un abrazo fuerte, Rosalía.
Una ilusión tan largamente esperada como frustrada en un momento. Lo curioso es que dos personas con un nombre tan poco común coincidan en un mismo acto, debe de ser una peculiaridad del mundo poético.
Un relato divertido y un personaje simpático, con el que es difícil no empatizar.
Un abrazo y suerte, Aurora.
Seguro que Quiteriano consigue ese premio tan ansiado. Ganas no le faltan. Y, como dices, lo merece aunque sea por justicia poética. Un abrazo muy fuerte, Ángel.
Pobre. Solo por tener que cargar con ese nombre y que, por encima, no sea el único, ya se merecía un premio poético, de consolación o de lo que sea.
Yo tengo confianza en n el poeta Quiteriano. Lo conseguirá, seguro que sí. Un abrazo fuerte.
Yo creo que debe ser mucho menos doloroso no llegar a rozar el premio que, como en este caso, que te lo levante un tipo que te ha robado también el nombre. Menuda papeleta, jajaja.
Todas mis simpatías para Quiteriano y espero de corazón que en el próximo concurso pueda besar la mano de quien corresponda y llevarse el trofeo a casa.
Un besazo y mucha suerte, Aurora.
Es que se lo merece, Ana María. Tiene tesón e ilusión y llevaba ya el gesto ensayado. Yo confío en que lo logre. Un abrazo muy fuerte.
Hola Aurora, un gusto leerte, como siempre. Menudo corte el que se llevó el pobre Quiteriano no ganador, menos mal que el otro Quiteriano fue más rápido. Me gustan mucho las imágenes que generas y la empatía por el protagonista. Un besico, Aurora.
Mucha suerte, abrazos.
Muchas gracias, Paqui. Qué alegría leerte por aquí. Tendremos que confiar en el gran poeta Quiteriano para que sea al fin ganador. Un abrazo muy fuerte.
Ay, pobre Quiteriano. Mira que coincidir con otro poeta del mismo nombre… me ha gustado mucho, y me ha dado penilla el protagonista. Espero que lo veamos en nuevas aventuras y certámenes literarios. Un abrazo y mucha suerte
La verdad es que nuestro amigo Quiteriano podría ganar algo. Nos daría una alegría después de este chafón. Le mandamos suerte. Muchas gracias, Jesús. Un abrazo fuerte.
Un relato de los que despierta una sonrisa. Cómo pensar que iba a haber otro Quiteriano… Muy bien llevado el suspense. Un saludo y suerte.
Ay, Antonio, cuánta ilusión para irse a casa con las manos vacías. Pobre Quiteriano. Yo cruzo los dedos para que en el próximo concurso tenga más suerte. Un abrazo muy fuerte.
Yo creo que el que sigue la consigue. Y ya se va acercando a la posibilidad de recibir un premio. Esta vez ya casi se levanta. Seguro que habrá algún concurso destinado para él. Se lo merece, como decís más arriba.
Gracias por sacarnos una sonrisa (y evitarle un bochorno a tu protagonista), y mucha suerte.
Nuestro amigo Quiteriano se ha puesto ya manos a la obra y está preparando la que obtendrá, seguro, un primer premio. Él ya lo paladea. Cruzamos los dedos porque así sea. Un abrazo fuerte, Rafa.