64. DE IDA Y VUELTA (Belén Sáenz)
Puse la taza de té sin terminar en el alféizar cuando vi que por fin había dejado de llover. Cogí la correa de Robbie y salimos en busca de un cielo sin nubes que se pareciera al de Madrid. Con la absurda ambición de recobrar a Yolanda. No sé si saltamos por impulso o nos absorbió una corriente de nostalgia en aquel charco calmo que reflejaba un azul casi mediterráneo. Tras un fundido a sepia surgí, como un león, en la plaza de Cibeles. Permití que Robbie guiara el carro de la diosa que nos emparejaba y decidiera entre Gran Vía o Alcalá. A mí me bastaba con reencontrar el pasado. La vida, tal y como me hervía en los genes, se representaba en las calles y no era necesario pagar entrada. Pero cruzábamos la frontera entre el verano y el otoño, y pronto la gente empezó a regresar al abrigo de sus casas. Entonces rememoré aquellos sorbos del té inacabado, la lluvia anglosajona que zarandea las telarañas, la chimenea en el pub de la población circundada por una soñolienta campiña donde había construido mi hogar hacía ya muchos años. Y anhelé regresar sin demora a Amanda.
Un hombre quiere volver a su pasado en Madrid, con sus vivencias y convivencia con una mujer. La imaginación o la magia le traslada a ese lugar y época. Una vez allí, añora su vida actual, en un espacio humedo y anglosajón donde también ha echado raíces.
Un relato que muestra las contradicciones humanas, que nunca estamos conformes del todo con nada, ni con nadie, ni en ningún lugar,
Un abrazo y suerte, Belén
Así es, Ángel, y también quise reflexionar sobre esos dos tipos de nostalgias o añoranzas. El pasado y también lo que tenemos en el presente y a veces no sabemos apreciar suficientemente. Gracias siempre por tu visita y un abrazo.
Hola Belén:
Entre Yolanda y Amanda, entre el calor español y el fresquito inglés. Tú indeciso personaje se tira al charco sin dudar o… Quizá con demasiadas dudas. Al menos su perro Robbie lo acompaña. Un relato fantástico que nos ha hecho caer con él en ese portal astral.
Enhorabuena y suerte
Muchas gracias por tu comentario, Alberto. Me alegra que te haya gustado. La presencia de Robbie es siempre un apoyo firme y con su inocencia animal parece quitar el hierro a tanta confusión de sentimientos del personaje. Suerte también para ti y abrazos.
Belén, tu micro encierra una gran verdad: que siempre queremos lo que no tenemos, que en cualquier situación nos vamos sentir incompletos, ya nos falte la parte de nuestra vida que quedó atrás, o la persona que somos en el presente.
Está muy bien reflejada esa dualidad.
Un abrazo y suerte.