80. Peldaño a peldaño
Cada vez me cuesta más volver a la superficie después de unas horas de sueño. Al dormirme me hundo, otros vuelan, cada cual su método. Si antes cruzaba de un salto la frontera que separa los sueños de la realidad, ahora tengo que tomar una especie de escalera de caracol que gira, gira, gira… y echo de menos los buenos tiempos en los que no tenía más que abrir un ojo, luego el otro —nunca los dos la vez, por precaución— para poder emerger.
Una vez en la cocina, apenas si consigo tragarme un café.
— ¿No comes nada? —suele preguntarme mi padre cuando, raramente, coincidimos.
—No.
Nunca nos decimos mucho más. Vivimos en un pequeño piso, un entresuelo cutre, y mi historia sobre escaleras de caracol le mosquearía, aunque… vaya usted a saber cómo hace él para volver a la superficie, y eso, cuando lo logra, cosa que ocurre cada vez menos.
About Post Author
Está claro que la degradación física avanza en todos los sentidos, y es inapelable. Lo que antes era una acción sencilla, mecánica, en la que ni se reparaba, se convierte, «peldaño a peldaño», en dificultosa. Si le sucede a una persona que por el contexto parece de edad avanzada, qué no le sucederá a su padre. La incomunicación tampoco es ajena al desgaste del tiempo, nada lo es, todo tiende a convertirse en una enrevesada escalera de caracol cuando las energías flaquean.
Una abrazo y suerte, Juillet.
La realidad, alias “superficie” , es en muchas ocasiones demasiado dura para querer abordarla.
Un relato opresivo de dos vidas sin sustancia que se limitan a dejarse llevar, por inercia.
Bien conseguido!
Uy, no sabes como me identifico con el protagonista ( o con su padre), pues cada vez me cuesta más despertarme del todo. ¡Bendito café!
Un abrazo y suerte.
Gracias Ángel, Rosalía y Rosa por vuestras lecturas y comentarios. Un abrazo
Hoy con un poco más de tiempo quiero añadir a mis agradecimientos que las interpretaciones de cada lector son siempre muy interesantes y bienvenidas, pero sí es cierto que lo que yo quería plasmar va más en el sentido que indica Rosa. Esa escalera mía venía de abismos más tenebrosos que la vejez o el cansancio normal del día a día. Una cosa es lo que una quiere contar y otra si lo consigue o no 😉 De nuevo gracias.