Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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57. LA VISITA AL PUEBLO (IsidrøMorenø)

Tras diez años  sin apenas comunicación, el anuncio de visita de los primos emigrantes en Alemania, les produjo gran revuelo.

Limpiaron y remozaron la casa de pueblo. Acabado su raquítico presupuesto, pidieron al propietario de la tienda de muebles, que les cediera por unos días, una estantería de aparente madera noble, unos metros de falsos libros e incluso algunos “de verdad” que adornarían otros anaqueles. Además, les prestaron una cama grande y una hermosa estufa catalítica, tan de moda entonces.

Luis y Pilar llegaron en un llamativo Opel Rekord, azul y blanco. No era nuevo, pero sí muy exótico para aquella España. Ella, abrigo de visón, elegantes tacones. Él, con impoluto traje marengo.

Abrazos, parabienes, historias engoladas, recuerdos de juventud… y, tras unos días, despedida con promesas sin fecha.

Paco devolvió el mueble, los libros, la catalítica y los otros enseres prestados. Ya no necesitaban aparentar y comprarlo no podían. Volvían a la normalidad.

Luis y Pilar regresaron al pisito de Berlín satisfechos de su viaje. Al día siguiente, Luis devolvió el Opel a su jefe, el traje a su compañero. Pilar devolvió el visón a su amiga. Los zapatos y otras ropas, a su vecina.

Volvían a la normalidad.

12 Responses

  1. Rosa Gómez Gomez

    La APARIENCIA es una de las formas más habituales de la mentira. Es penosa por cuanto afecta a todos los involucrados, ¿para qué?
    Un retrato aparente de la época del “desarrollismo” español. Los del pueblo sintiéndose acomplejados, y los que vuelven aparentando superioridad. No hay punto intermedio. Y mientras, ocultando miserias y privaciones.
    Muy acertado.

    1. Hola, Rosa. Muy acertado tu comentario en cuanto a la «apariencia» y ese espíritu del «… Y yo más» o «… Y yo también». Al final es una reacción humana que se puede considerar «normal» por lo frecuente y lo común entre las personas: el aparentar que se está bien o mejor de lo que tú te piensas, quizá por orgullo o por soberbia, el caso es que nos lleva a mentir aunque esa mentira no te lleve a ninguna parte.
      Muchas gracias, Rosa, por tu acertado y gentil comentario.
      Un abrazo.

  2. Ángel Saiz Mora

    Está claro que el sentido de la vista es predominante, por eso, en los juicios, los abogados defensores recomiendan a sus clientes llevar una indumentaria no solo correcta, también elegante. Deberíamos tener en cuenta tanto o más otros factores, pero somos así, tu relato lo muestra muy bien.
    No dejes de compartir tus letras, artista.
    Dos abrazacos y suerte, Isi

    1. Hola, Ángel. Efectivamente, es lo que también comentaba Rosa, las apariencias que quizá no sean lo más importante, pero sí que son la carrocería, lo primero que ves pero debemos saber que lo importante, casi siempre, está en el interior y bajo el capó.
      Muchísimas gracias, querido amigo.
      Dos abrazacos fuertes.

  3. Hola, Rosa. Muy acertado tu comentario en cuanto a la «apariencia» y ese espíritu del «… Y yo más» o «… Y yo también». Al final es una reacción humana que se puede considerar «normal» por lo frecuente y lo común entre las personas: el aparentar que se está bien o mejor de lo que tú te piensas, quizá por orgullo o por soberbia, el caso es que nos lleva a mentir aunque esa mentira no te lleve a ninguna parte.
    Muchas gracias, Rosa, por tu acertado y gentil comentario.
    Un abrazo.

  4. Reconstrucción de una faceta oscura y típica de la inmigración de antaño: los emigrados no podían aparecer como fracasados, tenían que mostrar su progreso; los parientes pobres, sintiéndose inferiores, hacían lo imposible por no mostrar sus miserias ante la opulencia de los tornados.

    1. Si, es la consecuencia de querer mantener la dignidad, tanto los que se fueron como los que se quedaron. Todos queremos, casi siempre, salvar la honrilla, pues estos sentimientos van en el paquete de la condición humana. Cosa distinta es la manera de afrontar esa batalla de salvamento de dicha dignidad.
      Muchísimas gracias, Edita, por comentar.
      Un abrazo.

  5. Excelente relato que dibuja este país en los años 60

    He vivido de cerca lo que magistralmente relatas.

    La necesidad del reconocimiento social en tu lugar de origen.

    Lo importante eran las apariencias.

    Aún sabiendo que no engañabas a todos.

    1. Correcto. Era (y es) ese sentimiento de querer «salvar la honrilla» tanto por el que se fue que incluso así mismo se ha de demostrar que «mereció la pena» y que no debe fracasar, como también al que se quedó, que ha de demostrar que «ahora es mejor, y no estamos mal del todo».
      En fin… como ya dije, esto de «la apariencia» debe formar parte no sólo del ser humano, sino de los seres vivos, pues lo vemos en animales y planatas. Pavonearse es un verbo que viene de un ave (incluso real, jejejj)
      Mil gracias, Miguel Ángel, por tus gentiles palabras.

  6. Gesus Aragoneses

    Gracias por tus cuentos, son muy sugerentes.
    En éste, los que peinamos canas, nos hemos visto inmersos más de una vez.
    Me ha llevado a recordar a Veblen (USA,1ªmitad del XX), al que recordaban en un comentario diciendo que la ostentación es una forma de dominación…

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