27. DIEZ AÑOS, DIEZ SEGUNDOS
Para conmemorar el cuatrocientos aniversario de la muerte de Cervantes, un viejo catedrático de la Complutense se propone escribir una novela ejemplar que imite de manera exacta prosa, ritmo y mundo imaginario del “Manco de Lepanto”.
Comienza su empresa leyéndose pilas de bibliografía sobre la cultura del Siglo de Oro, la novela renacentista y el contexto socio-político en Europa del siglo XVII. Seguidamente, se sumerge en la biografía cervantina sin escatimar esfuerzos en devorar sus obras completas, incluyendo meditaciones, poesías, correspondencias y manuscritos inconclusos, hasta casi saber más del autor de lo que el propio Cervantes sabía sobre sí mismo.
Diez años invierte hasta agarrar plumilla y pliegues de pergamino para, a la luz de candelas de sebo, redactar una novela ejemplar tan rigurosa, que ni el mayor erudito del mundo podría apenas distinguirla de las originales.
Paralelamente, en un instituto cualquiera de La Mancha, una joven desganada invoca desde su I-Phone a las deidades de la IA para finiquitar un trabajo de lengua, con el prompt de “redactar en castellano antiguo una breve novela picaresca, estilo similar a Rinconete y Cortadillo”.
El resultado, diez segundos después, es tragicómicamente idéntico al conseguido por el viejo catedrático de la Complutense.
Estupendo relato que pone en contraste el esfuerzo del catedrático con el de la estudiante, aunque no en el resultado.
Voy a recurrir a la IA a ver si me sale un relato tan bueno como el tuyo.
Merecedor de honores.
Abrazo.
Pero bueno, Rafa, amigo, que me voy a ruborizar con tanto halago… Por cierto, y aunque parezca ventajista decirlo ahora, cuando leí tu micro de la mentira pensé: este es probablemente el mejor micro que le he leído nunca a Rafa, un texto perfecto, redondo, magistral; si no figura entre los ganadores del mes me borro de la secta enteciana… Por fortuna, ganó y aquí sigo, je je je. Un fuerte abrazo.
¡Corcho! Como casi te ruborizo has querido devolverme la moneda, ya veo.
Un abrazo.
Inquietante, porque lo vemos posible. Un relato que plantea el avance de la tecnología, al tiempo que hace dudar de que sea un verdadero progreso, algo que nos ayude en una supuesta evolución o que, por el contrario, nos idiotice.
Tan original, como actual, sin que nadie pueda garantizar que no sea futuro inmediato.
Un abrazo y suerte, Ignacio
Ángel, mil gracias como siempre por ser el comentarista más afinado de ENTC y dedicarnos siempre unas palabras de lo más atinadas a cada uno/a!
A pesar de mi «juventud», soy una persona bastante analógica y amigo solo lo justo de las nuevas tecnologías. Las IA, chat gpt y demás me producen una mezcla de fascinación y pavor al mismo tiempo, y eso es lo que quise reflejar en el relato: contraponer su poder a la quimera quijotesca del erudito que quiere replicar a la perfección lo que, en realidad, es sencillamente irrepetible… O no para las IAs, vete a saber…
Un fuerte abrazo!
Casi me lo creo, digo casi porquehe oído que a la IA aún le falta esa chispa de ingenio y alma que un escritor es capaz de dar a su obra. He dicho “aún” porque tiempo al tiempo. Es inquietante este nuevo ingenio que hemos creado ¿hasta dónde llegará?
Tu relato no está hilado, está bordado y rematado.