27. HERENCIAS Y SUCESIONES (IsidrøMorenø)
Los simios heredaron el planeta tras la caída del Homo Sapiens. Se juraron no repetir los errores humanos.
Y lo lograron durante casi tres semanas.
Luego, empezaron las guerras; las redes sociales; el culto al mono musculado; el “Negacionismo Darwinista”.
–¡Descendemos de humanos! —defendían unos.
–¡Falso! ¡Somos divina creación de César Primus! —gritaban otros con casquetes de coco en el cogote.
Luego vinieron los debates televisados entre gorilas populistas y chimpancés influencers. Se privatizaron selvas y mares. Al orangután medio ya no le interesaba trepar árboles, sino comprar propiedades en Marte –como los famosos─ y procurarse una buena jubilación en tan exótico planeta.
Surgieron dos predominantes doctrinas. Lo que en principio intentaba unir a todos los simios, acabó pronto en desavenencias, guerras y luchas intestinas. Unos seguían las enseñanzas de “Cesar Primus El Iluminado” y otros, más moderados, estudiaban las ideas y creencias de “Cornelius El Precursor”.
Finalmente, tras siglos de avances tecnológicos e involuciones mentales, un botón rojo fue presionado, ¿por error?, durante un TikTok.
Y fin.
Solo las ratas bailaron, ¡otra vez sin depredadores! Serían las siguientes dueñas de La Tierra.
Una cucaracha guiña el ojo. Sabe, por experiencia genética, que ellas sobrevivirán. Y se acerca su turno.
Jajaja, tal cual. No iba a ser el hombre el único en tropezar con la misma piedra.
Y en cuanto a las cucarachas… se dice por ahí que no serán ellas las herederas del planeta, sino las pelusas que rondan bajo los muebles 😉
Un abrazo, Isidro.
Es verdad, seguro que las pelusas serán las reinas. «El Planeta de las pelusas».
Muchas Gracias, Ana, por comentar.
Un fuerte abrazo.
¡Malditos maniacos , lo habéis destruido! Diría Charlton Heston
Un saludo y suerte
…Y la estatua de la Libertad semienterrada y abandonada. Qué pena!
Y la historia se repite. Seguimos sin haber aprendido nada. Así es.
Muchas gracias, Gema. Un abrazo.
Si una especie desarrolla su inteligencia más que el resto parece condenada a caer en errores inevitables. La conclusión de que el mal está dentro, que acaba imponiéndose y que no tenemos remedio, es, por desgracia, muy plausible.
Un relato lleno de imaginación y también realista.
Un abrazo, amigo Isidro.
Toda la razón, Ángel. No tenemos remedio y, es cuestión de tiempo.
Muchas gracias por comentar, querido amigo.
Dos abrazacos.
Me encanta, Isidro. Es que lo veo tal cual. Creo que lo mejor es que sigan como están. Aunque por si acaso, yo les dirían a las cucarachas que se vayan frotando las patitas. Un abrazo fuerte.
Me alegra que te guste. A mi también me ha hecho pensar lo de las cucarachas, pues creo que son más listas y nunca querrán ser las dueñas del planeta, preferirán seguir siendo desagradables y arrastradas cucarachas porque así no se autodestruirán y seguirán por otros cuantos centenares de millones de años sobre este planeta, hasta que se hayan pulsado todos los botones rojos posibles.
Muchas gracias y un fuerte abrazo, Aurora.
Una divertida distopía que deja al lector pensando. Y de paso homenajea a la mítica peli, luego versionada hasta la nausea. Buena apuesta. Saludos y suerte, Isidro.
Muchas gracias, Antonio. Esperemos que sea distopía.
Un fuerte abrazo.
Me ha encantado, Isidro.
Fantástica crónica del Planeta Herido desde un futuro cuántico.
Mucha suerte y un abrazo.
Me alegra mucho que te guste.
Muchas gracias por comentar.
Un abrazaco.
Genial ese remake de El planeta de los simios. Me parece muy divertida la forma en que los has humanizado hasta el punto de cometer los mismos errores que nosotros. Y bueno, no sé qué me da más asco, si las ratas o las cucarachas. Me quedo con las pelusas de Ana María.
Un abrazo y suerte.
Me agrada que te guste el remake. No sé si se reproducirá la historia, lo que sí que estoy seguro es que no lo podremos comprobar.Ya será tarde.
Muchas gracias y un abrazo.
«durante un TikTok» jajajaaj!!!!
Calla que en el previo a tu relato puede que presionara el botón un tarado chalado con tupé!!
Un beso, Isi.
Carme.