61. Un ballo in maschera (Jerónimo Hernández de Castro)
Aquella tarde repasaba los paños del telón, una de las tediosas funciones de mi mal pagado empleo como responsable de escenografía. La soprano ensayaba con su viejo jersey de siempre y el tenor con esas camisas superpuestas tan inadecuadas para su edad, incapaces de cubrir siquiera el cinturón de sus vaqueros. Cuando empezó el dúo fui incapaz de continuar con los cortinajes. Non sai tu che se’ l’anima mia, el desgarrado lamento de Riccardo al tener la certeza que el amor de Amelia nunca estaría a su alcance, sonaba como jamás lo había escuchado antes.
Yo no era la única espectadora. Renato el personaje del barítono había asistido también al milagro. Cuando concluyeron la pieza un silencio respetuoso se hizo dueño de la sala. Riccardo se retiró apresuradamente y Renato corrió a abrazar a su esposa, en la representación y en la vida real.
Yo quise acompañar al tenor pero no me atreví a importunarlo en su camerino. Debí hacerlo. Su nota de suicidio expresaría con claridad su tragedia y, sin que me diera cuenta, cambió el puñal de atrezo con el que debía ser apuñalado por Renato, por uno auténtico el día del estreno. Me lo reprocharé siempre.
Muy buena trama. Tragedia dentro de la tragedia. Y todo dentro de un microrrelato.
Muchas gracias por tu comentario. La ópera es fuente de un sinfín de argumentos. Yo he querido darle una vuelta con las personas que representan esas historias o las viven de cerca, con su pasión y su sufrimiento. Un abrazo
Un ballo in maschera muy al estio de I pagliacci.
Un saludo
JM
Muchas gracias Juan. Pagliacci creo que tiene un carácter aún más trágico. Como decía a Edita quería acercarme a las personas que viven cerca de la ópera. Te agradezco mucho tu comentario. Un cordial saludo
Una tragedia en la bella tragedia.
Amores en silencio, celos, conspiración…pero que bonito la trama de los personajes de Un ballo in maschera
Gracias Andrea. Es una trama muy hermosa sin duda. Un abrazo
Me gusta tu relato verdiano, Jero. Introduces el suicidio como elemento diferenciador, pero mantienes el romanticismo de los personajes. Un abrazo.
Muchas gracias Fernando siempre estás pendiente. Aprovecho para felicitarte porque han seleccionado tu magnífico relato «Rutinas». Un enorme abrazo
Un juego de espejos, según Torrente; una mesa de trucos, según Cervantes: esa es el alma de toda narración. Tu ballo in maschera sigue tan insignes recomendaciones. Y magistralmente, me temo.
Enhorabuena. Un abrazo.
Eduardo eres muy amable además de un maestro de la hipérbole en lo que a mí respecta. Muchísimas gracias por tu comentario. Simplemente he pretendido jugar con una historia dentro de un argumento operístico. Me alegro que te haya gustado.
Esto de no tener ni idea de ópera es fatal… Me ha gustado mucho tu prota escenógrafa, testigo invisible de esta historia trágica a tres ‘behind the scenes’ (behind the musgo, como decía José Mota :D)
Es curiosa la coincidencia, yo también he escogido un teatro para mi historia.
Suerte 🙂
Querida Esperanza te aseguro que estoy lejos de saber un poquito de ópera. Mi idea primitiva, un asesinato trágico cambió pronto en historia de amor con un testigo que contampla la escena. Un beso grande
Está muy bien engarzado en tu relato el romanticismo, la ópera, la tragedia y ese poso de tristeza que deja el final. Y muy logrado el contraste entre el aspecto físico de los cantantes y su maravillosa voz, sobre todo por lo que se refiere al tenor y la pasión que puso en ese ensayo.
Gracias Rafa. Me gusta mucho que en los relatos coexistan aspectos especiales (como la ópera en este caso) con aspectos cotidianos. Espero haberlo logrado y que te haya gustado. Un abrazo
Muchas gracias Ana. Una tragedia dentro de una conspiración. Un abrazo
Je je Jero!!
Come mi piace questo testo, io amo l’Opera.
En serio, me fascina la ópera, y pensar en máscaras lo primero que me viene a la cabeza es esta ópera precisamente. De hecho pensé en escribir, como has hecho tú, una variación de ella, ya sabes tragedia, Venecia, La Feniche y sonando de fondo «Di tu se fedele».Peroooo no sé, luego pensé seguro que nadie lo entiende, y me dediqué a escribir otra cosa. Me ha gustado la coincidencia mental (y el cuento claro)
Vendrás a Santander el 22 ¿?
Mel! Ya me extrañaba que más gente no hubiera dado este enfoque y tú que eres tan amante de la ópera seguro que lo hubieras expresado fenomenal y con todo el sentimiento de quién ama esta música. Yo le doy un enfoque más modesto. Me encanta que te haya gustado.ç
Lo del 22 está un poco difícil pero tengo muchas ganas de compartir con vosotros alguna quedada. Seguro que habrá ocasión más adelante. Un abrazo
Introduces en los entresijos de la Opera, poco conocido por el gran público. Muy interesante.
Gracias María JosÉ. Me alegra haber captado tu interés. Me gusta mucho entremezclar historias de la Historia, la Ópera y otros ámbitos con historias cotidianas de amor, de intriga… buscando una chispa que a veces se consigue. Un saludo
Jerónimo, muy buena la cohabitación entre lo operístico y lo real. Me ha gustado. Abrazos.
Gracias Salvador por leerlo y por tu amable comentario. Un abrazo
Pobre Renato, sin quererlo ni beberlo a la cárcel por matar.
Eres malo Jerónimo, haces desgraciados a los tres, ja ja , tragedia a tope.
Un abrazo
Muy bueno Alejandro!. Yo creo que Renato fue declarado inocente, claro que el egocéntrico del divo Ricardo quiso emplumarle la carga de su muerte. Yo creo que Renato era sensato y no se dejó arrastrar, pero el final queda abierto a las intepretaciones. Gracias por tu comentario un abrazo