88. Plenilunio
Fidel es un hombre lobo. Celebra esta noche su cincuenta cumpleaños. Siete años, en edad perruna: el ecuador de la vida. Anda deprimido porque su existencia es más la de un perro doméstico que la de un cánido salvaje.
Cenarán en el salón, con mantel y cubiertos. Abrirán vino y elogiarán el punto que da su mujer al conejo. El abuelo contará de nuevo lo de cuando esquivó aquella bala de plata. Los cachorros protestarán porque prefieren la carne más cruda. Y la abuela rezongará porque, con la dentadura como la tiene, ya no puede masticar bien las vértebras del cuello.
En las noches de plenilunio, Fidel busca un claro del bosque, hincha el pecho y aúlla hacia la luna. Puede ser animal hasta el lubricán y se siente indestructible. Corre, salta, escarba. Pega zarpazos al aire y desmiembra conejos entre sus fauces. Luego, cuando amanece, recupera la ropa y regresa a casa extenuado. Entra por la ventana entreabierta y deja en la ducha un rastro telúrico y herrumbroso.
Hoy su jefe ridiculizó a Fidel por las ventas y su carácter apocado. Mientras, él se sacaba un resto de pellejo de entre los dientes y sonreía.
Mañana hay luna llena.
El maltrato laboral forma parte del pan nuestro de cada día.
Fidel, hombre lobo, sale a hacer justicia cuando se acerca la luna llena.
Muy bien dibujado el escenario familiar y la venganza laboral.
Suerte, Salvador.
Muchas gracias, Ángel. Este micro va sobre nuestra naturaleza y cómo nos cuesta resignarnos a alejarnos de ella…
Eres un crack! Abrazos!
Sí, por favor, qué le dedique la próxima luna llena al jefe.
Me gusta el desarrollo de si vida cotidiana y el oscuro giro final.
Un abrazo y suerte.
Jajaja… ya te aseguro yo que el jefe va a ser degradado a «cena bajo la luz de la luna»… gracias x apreciaer los matices y por comentarme…
Besos!!
Me encanta cómo describes esa escena en torno a la mesa, con los paralelismos entre una familia normal y los licántropos. También la licencia que se da Fidel con la luna llena. Pero, sobre todo, esa insinuación final que dejas en el aire.
Un abrazote, Salva.
Gracias, Ana María! Quizá esa escena cotidiana familiar y la posición laboral es lo más parecido a la domesticación y lo más alejado de la naturaleza salvaje del prota… Y ese es el tema del micro: el conflicto entre su vida y su naturaleza.
Gracias x pasarte!!
Besos
Eaa luna llena próxima promete, Fidel sacará a relucir su verdadera personalidad, que es la opuesta a «apocado». Qué injustas y limitadoras son las etiquetas, además de alejadas de la realidad, que nunca es simple ni única.
Un abrazo y suerte con este relato, Salva, tan bien narrado y lleno de fuerza y contrastes.
Tu maestría me admira cada año un poco más, si eso es posible. Es una suerte tener la fortuna de leerte y seguir aprendiendo de ti.
Brillante(como la plata 😉).
Ayyy mi Mery Poppins! Gracias por tus palabras y por tu cariñosa lectura… Mis escritos necesitan ojos lectores como los tuyos, benévolos, generosos, complacientes.
Besitos, amiga!
Ya te extrañana, Ángel! El más fiel de todos los entecianos… gracias por leerme… Al menos con la llena, como Fidel, sacamos nuestra verdadera esencia…
Abrazo fuerte!!