TIRO AL BLANCO (Belén Sáenz)
En el cielo de Sarajevo, de madrugada, encuentro el mismo silencio blanco que en África. Blanco de muerte. El guía nos ha recogido en el aeropuerto y nos ha ayudado a sortear los escombros ennegrecidos y humeantes hasta una azotea que domina el tramo principal de la avenida. Hay un cartel que advierte: Pazi – Snajper! Le entregamos los sobres con el dinero. El mío es el más abultado porque quiero asegurarme la mejor pieza. Me acuclillo y acaricio la culata de mi escopeta desdeñando las miradas ávidas de los otros cazadores. La silueta de la pantera negra que me cobré en mi última batida sigue impresa en la mirilla telescópica. En algún lugar, un reloj da las ocho y mis compañeros se ceban ansiosos con los desgraciados que necesitan ir a trabajar. La silueta es ahora un cuerpo abatido que resultó no ser de un animal, sino de una joven negra. Pasan obreros, oficinistas, alumnos. Yo espero hasta que ella surge de detrás de un autobús destrozado. Torpe, aterrada, con la piel blanca como la mía. La doble presa: una mujer embarazada. Y como aquella vez en la sabana, vuelvo a sentir la erección en mi entrepierna.


Un relato que muestra hasta dónde puede llegar el desprecio de unos seres humanos hacia otros, sin respeto alguno, ni a la misma vida. Saber que ha habido realidades semejantes no hace sino añadir dramatismo a tu historia.
Un abrazo y suerte, Blanca
(Perdón. Quise decir Belén)
La realidad parece empeñada en superar en crueldad a la ficción y tú la has narrado con toda su crudeza, con las palabras justas pero con el buen escribir que te caracteriza.