SEP87. NOS VEMOS EN KAIROS, de Concha García Ros
Apenas advierto el incesante tic tac. Son tantos años en este lugar escuchando el sonido de los que atrasan, los que adelantan, los de pared, los despertadores, los de cuco, los vulgares, los de coleccionista…, que éste se ha convertido en un silencioso ruido que sólo percibo con mucho empeño.
Pero ayer pasó algo insólito. Cuando él entró en la tienda, todos, sin excepción, realmente dejaron de sonar. El intenso silencio se podía casi tocar. Cuando, despacio, se acercó sonriendo y me besó, sentí lo mismo que aquella primera vez.
Hoy dudé, pensé que sólo había sido un sueño, hasta que encontré una nota en mi bolsillo. Era su letra, la misma de antaño. “Te espero en Kairos”, decía.
Mi reloj se ha vuelto a parar a la misma hora. Sólo escucho el chirriar de la puerta al abrirse y el ritmo acelerado de mi corazón.
Me encanta. Muy bello.
Un abrazo.
Muchas gracias Sara. Un beso.
Sí, cuando Cronos calla, es el tiempo de Kairos.
Me ha gustado tu relato narrado a ritmo de tic tac, Concha. Muy sugerente la antítesis «silencioso ruido» y el ambiente de romanticismo que envuelve el texto.
Saludos.
Gracias Ricardo, a veces el silencio nos habla. Un saludo.
Precioso relato de un mágico reencuentro romántico. Felicidades y suerte. Saludos
Gracias por tu comentario Juana. Un saludo.
Hola Concha, se me hizo corto el relato, y ese final en el aire está genial, aunque nos quedamos sin saber qué ocurre en esa cita con el pasado, tan especial.Imaginaremos.
Suerte!
Abrazos
Gracias Rosa, de eso se trata de imaginar…Saludos
Que instante tan mágico, me ha encantado la escena que nos propones, todos los relojes y su sonar que paran de repente.
Muy bonito, te felicito.
Saludos
Gracias Asun. Los grandes momentos deberían pararse en el tiempo, ¿no crees? Un abrazo
Hola Concha bonito micro, me encantó el relato, la levedad del instante donde todo puede cambiar, donde puede frenarse la circulación de la sangre, parar el latido y desintegrar la realidad.
Romántico, y es que hay besos que lo paran todo.
Suerte
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Muchas gracias por tu comentario. El tiempo volátil de un latido, el recuerdo para toda una vida. Así es. Si pudiéramos jugar con los pliegues del tiempo…Saludos y suerte.
Hola, Concha. Me gusta mucho cómo has utilizado la metáfora de parar el tiempo, todo el tiempo, para crear un momento especial, único, que tanto altera a tu protagonista. Muy bello relato. Leerlo ha sido como si el mismo Kairos me hubiera visitado mientras lo hacía.
Saludos y suerte.
Hola Rafa, me ha gustado mucho tu comentario. A veces hay que parar el incesante tic tac de nuestra vida para dar la oportunidad de visitarnos a Kairos. Un abrazo
Muy buen relato con un final precioso.
Abrazos.
Gracias María por tu comentario. Un abrazo.