93. El libro del cementerio (Gabriel Bevilaqua)
Vivir en un piso veinte tiene sus cosas. En una ocasión, por ejemplo, una nube se coló por la ventana de mi dormitorio y se detuvo junto a mi cama. Atónito, sin cerrar el libro que estaba leyendo, limpié mis lentes y, al volver a colocármelos, descubrí que un ángel, escalerilla mediante, se había bajado de la nube. Con una sonrisa de oreja a oreja, me preguntó de qué iba el libro. Le comenté que se trataba de la historia de un chico que vive en un cementerio. Al instante me arrebató el libro de las manos y se puso a hojear las primeras páginas. «¡Huy, asesinos y fantasmas!», dijo, y me suplicó que se lo prestara, que a más tardar el jueves por la noche me lo devolvía. Le tomé la palabra y, acto seguido, lo ayudé a mover la nube hasta la ventana. Luego la abordó rápidamente, recogió la escalerilla y se marchó tan pronto como el aire se dignó a soplar. Desde entonces han pasado tres semanas y, aunque ya empezó a pegar el frío, continúo dejando, jueves o no jueves, la ventana abierta.
Necesidad vana que tiene uno de creer.
Un guiño (y un préstamo de título), por supuesto, a Neil Gaiman 😉
¡Qué bueno!
¡Muy bueno!
¡Original y fantasioso!
Me gusta. Ya se sabe el que presta un libro a si sea a un ángel…
Felicidades.
Gabriel, tan real c9omo fantastica te ha quedado este cuento de bellas imagenes y buen ritmo. Suerte y saludos
«Escalerilla mediante», ¡qué expresión tan bonita!. Rezuma humor tu relato, Gabriel, y la frase final es un remate fabuloso. Lo apunto entre mis favoritos del mes.
Saludos.
Que buen relato, lleno de magia.
Suerte y saludos
Enhorabuena Gabriel por tu magistral relato, me ha gustado mucho, me ha hecho soñar.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Poder leer vuestras historia no tiene precio. Muy buena. Me ha gustado mucho. Mucha suerte 🙂
Uy, qué peligro lo de prestar libros, aunque sea a un ángel.
Me ha gustado lo de acercar la nube a la ventana. A lo mejor vuelve un día y se cuela sin que se entere a devolvérselo.
Muy bonito relato. Enhorabuena.
Suerte.
Me ha gustado mucho. Fantasía, humor y moraleja. Un beso
Enhorabuena Gabriel, es un micro excepcional, me hiciste soñar. Gracias.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Hola, Gabriel.
Me gusta tu nube y las expresiones que empleas para contar tu historia.
Tenemos tantas ganas de creer que, si dejando una ventana abierta lo consiguiérmaos, yo no la cerraría nunca.
Un abrazo y suerte.
Hay ventanas que no debemos cerrar, nunca sabemos quien puede entrar por ellas. Me parece precioso tu micro,nos anima a soñar despiertos.
Un saludo.
Ese ángelito era pequeñito si necesitaba escalera para bajar de la nube, pero tenía mala intención… Deja cerrada la ventana, que no hay prisa en recuperar el libro!! Ya te esperará en el cementerio, pero que no sea antes de tiempo!
Abrazo.
Siempre diremos que es la última vez, pero volveremos a caer y prestaremos otro, da igual que sea a un compañero, a un ángel, o a un demonio. Algunos, además, somos tan raros que nunca los pedimos, ni los aceptamos si nos los ofrecen, preferimos comprarlos.
Un relato muy simpático, con más de una lectura.
Un saludo y suerte.
Qué original forma de hablar de quienes se olvidan de devolver los libros prestados…
Me ha gustado
Un abrazo
¡Oh, cuántos comentarios! Patricia, Edita, María, Calamanda, Rafa, Anna, David, Juan, Esperanza, Concha García, Towanda (yo tampoco la cerraría),Puri, Ana U. (sí, necesidad en singular;) Aurora, Ángel y Blanca, gracias por sus comentarios. Me alegra que les haya gustado.
Saludos cordiales
Esta claro que ni a los ángels se les debe prestar libros. Me gusta el humor que recorre el texto.
Suerte
Besitos
O sea, que también hay ángeles gorrones…
La Virgen, ya no sé de quien podemos fiarnos.
Precioso relato, tremendamente bien narrado y con un gran sentido del humor llenándolo todo.
Un abrazo.
Elysa y Modes, gracias por vuestros comentarios.
Saludos cordiales
Enhorabuena por la mención. Es un relato muy atractivo que debió estar seleccionado, creo.
Felicidades Gabriel. Volver a leerlo en este repaso de premiados y mencionados ha sido de nuevo un gusto.
Abrazos