73. A LA CONQUISTA DEL MUNDO
Buscando entre los enredos del gran trastero he visto arrinconada, sobreviviendo herrumbrada al paso del tiempo, la bicicleta con la que durante una semana hace ya unos cuarenta años me fui con tres de mis todavía mejores amigos a explorar el mundo a la vecina provincia. Nosotros si conseguimos la gran hazaña, volviendo sanos y salvos con esas bicicletas de antaño, a pesar de que tuviéramos que frenar al final con las suelas de los zapatos, los frenos no habían conseguido la suya.
¡Ay, los trasteros!. Cientos de recuerdos despiertan cuando los revolvemos, como éste surgido de la vieja bicicleta.
Muy evocador tu relato.
Saludos.
Y vieras cómo está la pobre. Fue un viaje que nunca olvidaré. Gracias María Jesús por tu comentario. Antonio
Al final, los mejores recuerdos acabamos arrinconándolos lejos de nuestro corazón, demasiado a parte de nuestra vida.
Acertada forma de rememorar ese instante agradable de la adolescencia.
Fíjate tocayo, que has introducido un «por»‘ en vez de un «que». ….la bicicleta con la por una semana……
Puedes corregirlo si quieres.
Suerte, y a continuar.
Ton.
Uppps, tienes razón, debía estar pensando aún en ese viaje, que fue increíble. Voy a tratar de corregirlo pronto. Gracias por tu comentario tocayo.
Antonio, esa nostalgia a raudales de epocas fenomenales rezuma tu cuento. Suerte y saludos
Y mira que lo fue, fenomenal es poco. Gracias Calamanda por tu comentario. Antonio