16. A liar to love
Miró fijamente los ojos del enchufe y vio como descargaban una baba verde que llegaba de un lugar enroscado en su mente, como un caracol con su tapa bien cerrada. Agitó la cabeza por si se había quedado dormida; empezó a entender. Comprobó que el fluido verdoso que iba llegando al suelo era la bilis de sus mentiras, tan enquistadas e infectadas, que al despertar estalló el continente y esa lealtad que le había unido a él, se derramaba con frustración sobre el suelo y la alfombra. Tan pronto como fijó sus ojos allí, una catarsis venida por el flujo eléctrico que proyectaba el desengaño, le llevó a preparar una pequeña mochila, buscó un mechero en el segundo cajón. Antes de empujar la puerta, las llamas ya devoraban su colección de trajes y camisas. Dejó sonando en bucle «A liar to love».
Ella, que nunca había existido, se marchó invisible dejando solo una huella verde en el descansillo.
Me gusta la fuerza imaginativa de las imágenes, que se adhieren como baba de caracol; y la belleza de la oración final.
Imaginación es lo que más define a este personaje, que solo con mirar un enchufe ya actúa, aunque, previamente, en la base de lo que ve y de lo que hace, piromanía incluida, podría estar la actividad real de alguien que miente.
Coincido con Edita en la creatividad y la fuerza de laa descripciones.
Un saludo y suerte, Elena
En el cuento, el que miente es el, puede dar lugar a confusión.
No se sabe bien en que plano de realidad (o no) sucede, quizá lo que sale de los ojos del enchufe, «el afuera», es una proyección de lo que lleva rumiando dentro y no se atrevía a enfrentar. A veces en las historias no hay certezas, si no intuiciones, el lector completa.
Gracias por los apuntes, interesantes.