14. A puerta cerrada (MVF)
Lo correcto, lo correcto… Lo correcto está sobrevalorado. Que levante la mano quien no haya hecho nunca pellas, metido el dedo en la sopa (o en la llaga), contado una mentirijilla a los padres o copiado en un examen. Si hasta las beatas de misa diaria cortan trajes sin medida, que no va a hacer una pobre servidora con tal de conseguir las mejores vistas. Por supuesto que cuando alquilé el ático lo sabía. Por supuesto que tenía controlada su rutina y horarios. También sabía de su aversión a las cortinas y su afición a abrir todas las ventanas. También yo comencé a hacerlo, y eso que me costó mis fríos y resfriados, pero al final… Después de poner la misma música a las mismas horas, colgar una barra en la sala y tratar de seguirle en sus ejercicios, dormir con la ventana abierta casi sin ropa sobre la cama, conseguí despertar su curiosidad y que llamase a mi timbre. Él solito vino a parar a mi casa, lo de apuntarle con la Colt es para que se olvide de la falta de luz y no decaiga en su rutina gimnástica, así sigue haciendo los mismos ejercicios, pero para mí sola y con las persianas echadas.
El proceder de esta mujer para empujar a un vecino a su terreno, tras estudiar sus costumbres, no se puede decir que haya sido muy correcto, como tampoco que después le imponga su presencia y le prive de libertad, arma en mano. Nadie hace lo debido siempre, como ella razona al principio para justificarse, pero todo tiene un límite. Un personaje temible, tu protagonista, cuando se fija en alguien.
Un abrazo y suerte, Manoli
Gracias por leer y comentar, Ángel, tan acertadamente como siempre.
En verdad que la conducta de esta mujer dista años luz de ser correcta, pero hay mentes, ya sabes, que todo lo tergiversan.
La historia salió así y, cuando me di cuenta, se había disparado (el argumento que no la Colt, jaja)
Un abrazo.