Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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11 ALICIA

Yo crucé el espejo. Pero no desde el anverso amable que refleja imágenes para adentrarme en lo desconocido, sino desde su oscuro reverso, como en un extraño retorno, hacia una realidad que mi psiquiatra elogia con ardua convicción.

Y aquí estoy ahora, ya curada según él, con una vida normal y envidiable. Tengo un trabajo, una pareja y hasta un hijo que en verdad no sé de dónde han salido. Me voy acostumbrando a mi regreso lentamente, aunque todos dicen que nunca me fui.

Lo que peor llevo son los ratos de ocio, libres de obligaciones, porque es entonces cuando mi cerebro se empeña en traerme imágenes de armas blancas, pastillas y callejones que no conozco.

Pero ellos me sonríen y dicen que estoy muy bien.

8 Responses

  1. Josep Maria Arnau

    Duro relato, Puri. Muestra los efectos y secuelas de una historia muy oscura. Y la dificultad para superarla y volver, incluso con la ayuda de un psiquiatra. El recurso del espejo me parece excelente y muy bien utilizado. El final es terrible, como si la mente de la protagonista hubiera quedado en un “limbo”. No reconoce o no sabe de dónde ha salido su vida normal y tampoco reconoce su pasado. Enhorabuena.
    Un abrazo y mucha suerte.

  2. Puri Rodríguez

    Lo has analizado y descrito muy bien, Josep María. La engañosa percepción de lo real se impone, tanto en tu historia como en la mía. Muchas gracias y otro abrazo, amigo.

  3. Ángel Saiz Mora

    Creo que fue Einstein quien dijo que somos los arquitectos de nuestro propio cerebro, esa máquina biológica capaz del pensamiento abstracto, de la creatividad y de la exactitud, un instrumento que ha hecho del ser humano una criatura evolucionada que a veces no parece tener límites. La propia complejidad del órgano favorece que a veces no funcione como debiera, o priorice actuaciones negativas que todo lo descomponen. Soldar un hueso roto es cuestión de tiempo, los desarreglos psicológicos son más arduos de solucionar. Esta mujer ha conocido el lado oscuro y el otro. Aún le inquieta que ambas realidades sean igual de vívidas para ella.
    Un relato que demuestra que nuestro peor enemigo podemos ser nosotros mismos, con un guiño a la Alicia de Lewis Carroll y los dos mundos por los que transita, no menos verdaderos uno que otro según su modo de ver.
    Un abrazo y suerte, Puri

    1. Puri Rodríguez

      Una vez más, muchas gracias, querido Ángel, por ofrecerme tu comentario a mi pequeña historia. Profundo y bien argumentado, como siempre. Un abrazo, querido amigo.

      1. Atravesar el espejo y volver nunca ha sido fácil. No se vuelve siendo la misma y el psiquiatra intenta comprender, negar o desandar un recorrido que ni sus pies ni su corazón conoce por mucho que su mente lo estudie.

        Bueno, pues, sí, Puri. Has descrito a una Alicia, algo lejana de las maravillas, pero no del misterio.

        Un saludo.

        1. Puri Rodríguez

          Muchas gracias, guapa, por tu comentario. Yo creo que, en efecto, no existe un solo trayecto y, quizá, tampoco un solo espejo. Por eso cada viaje es único, como lo es cada viajero. Un abrazo.

  4. A veces las personas no estamos bien, ni a un lado del espejo, ni a otro, ni partiendo el espejo, pero la capacidad de supervivencia te invita a tener probar una vida diferente (según de qué lado del espejo estés). Solo uno mismo es su propio termómetro, aunque cuando salga a la calle haga trampas y no diga exactamente qué marca. Alicia siempre da juego y a ti, en este micro, te lo ha dado todo.
    Un abrazo, Puri.

  5. Puri Rodríguez

    Muchas gracias, Mercedes, por tu reflexión y por tu amable comentario a mi relato. Y tienes toda la razón. El mundo de Alicia contiene todos los mundos. Un abrazo, amiga.

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