Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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42. ALLEGRO MA NON TROPPO

Todo el mundo alababa a Purita como a una figura del bel canto y no era más que una enchufada que lucía los mismos tonillos que una oveja tiritando, pero ahí residía la ventaja de ser la sobrina del director del coro al que me habían apuntado mis padres mientras resolvían el dilema de tener otro hijo o divorciarse. Más partidario de lo segundo, el caso es que acabé descubriendo mi afición musical y un cierto don para cantar, pero al mismo tiempo fui reconociendo quién tenía buena voz y quién buenos padrinos, lo que me procuraba tanta felicidad como rencores, sobre todo contra Purita. El día en que vinieron a hacernos las pruebas, cuando el profesor del conservatorio le dio el tono y la vicetiple trató de seducirlo con esos gorgoritos, no tuvo otra respuesta que un desabrido «deja de balar y mira la partitura de una vez por todas» que la dejó helada y abatida.
Al verla salir llorando, allí descubrí la felicidad, y la sonrisa me duró días, aunque todos pensaban que era por la inminente llegada al mundo del hermanito que salvaría mi estabilidad familiar.

8 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    No es cierto que la vida no sea justa, como tanto solemos decir; en realidad somos nosotros los que la alteramos. Sin embargo, ella sí que sabe poner a cada uno en el lugar que le corresponde con justicia, como a ese matrimonio que lucha por la estabilidad, procurando salvar su relación, o a la muchacha falta de talento que necesitaba que alguien se lo dijese. Crisis y desafueros se solucionan, con consecuencias satisfactorias para el protagonista.
    Un relato que muestra con elegancia que el equilibrio siempre es motivo de júbilo. El personaje principal y narrador termina «alegre, pero no demasiado», porque la dicha nunca es completa, somos así.
    Un abrazo y suerte, JM

  2. María Jesús Briones

    Me ha llegado al alma lo del tonillo de una oveja tiritando. ¡Pobre animal, el ovino, claro, porque Purita no se merece ninguna exclamación piadosa, sino la sonrisa malévola del prota.
    Suerte y un saludo

  3. La desgracia llorosa de algunas baladas entre balidos puede ser la felicidad de otros que mantienen el tono, aunque nunca dé como resultado la felicidad plena: ya lo avisa el título. Nada es perfecto, aunque hay ocasiones en la que nos acercamos a ella. Suerte y abrazos, JM.

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