13. BALADA TRISTE DE REALIDAD
La vida languidece para un compositor cuyos dedos se retuercen como ramas de parra por culpa de la artrosis. Escuchar obras grabadas no es consuelo cuando uno ha conseguido interpretar al piano piezas capaces de acariciar los oídos de los melómanos más exigentes en los mejores auditorios del mundo. Pulsa el botón off y busca un buen poemario, versos y estrofas que con su cadencia y musicalidad consigan acompasar los arrítmicos latidos de su cansado corazón. De fondo, se filtra por la ventana entreabierta una interpretación magistral de su aria favorita.
─Mercedes ─grita a su ama de llaves─, hay alguien cantando en el salón.
─¿Le molesta? Es la nueva chica de la limpieza.
─Dígale que venga, por favor, quisiera conocerla.
Todo en ella es armonía: el pelo, rubias cuerdas de arpa; los dientes, blancas teclas de piano; la silueta de violín y la voz…
─¿Cómo te llamas?
─Elisa ─miente, a sabiendas de que él es devoto de Beethoven.
Los ojos del músico se iluminan. Su plan funciona, acaba de obtener una audición imposible. Ella tiene la formación y el talento necesarios, pero eso no es suficiente para triunfar. Ahora, tendrá que convencerlo para que se convierta en su mentor.
Como homenaje a la música, y como forma de comentario alternativo, quiero compartir con vosotros una canción que esté relacionada con algún aspecto de vuestros relatos. Espero que te guste la que he elegido para el tuyo.
FLEETWOOD MAC- Little lies
https://youtu.be/uCGD9dT12C0
Eso es lo que pasa a veces Barceló, querido amigo, que para llegar a donde quieres tienes que empezar por subir pequeñísimos peldaños, pero eso sí, esos trampolines deben estar en el sitio correcto, en el momento adecuado.
Un bonito relato, como siempre lleno de sensibilidad y con su chispita de picardía.
Feliz noche salpicada de estrellas.
Hola, Mercedes.
Yo diría más, hay veces en las que hay que ir a buscar el trampolín, como hace mi protagonista, pues de otra forma nunca encontraría uno disponible.
Acabo de darme cuenta que he llamado a uno de los personajes de mi relato como tú. Es una diligente ama de llaves, tal vez esconda un grandísimo talento para la escritura, como una Mercedes que conozco… jajajaja.
Gracias, espero que todo te vaya fenomenal. Un abrazo.
Hola, Rafa.
Yo también soy admirador de la música. De hecho, como puedes comprobar, a veces, forma parte de mis relatos. Quiero darte la gracias por haber tenido la genial idea de poner banda sonora a nuestros relatos. En mi caso, esas «pequeñas mentiras» que están presentes en la historia, como estrategia para procurarse algo que esta estupenda cantante de lírico estima imprescindible.
La historia que cuento puede considerarse ficción, pero creo que tiene mucho de triste realidad, como dice el título. Es muy difícil abrirse camino y triunfar. A la formación, el trabajo durísimo y el talento muchas veces hay que añadirle otros ingredientes que no dependen de uno mismo.
Se me ha hecho raro al principio, hablando de música clásica y lírico, oír de fondo una canción como esta (que me encanta), pero he de reconocer que me ha gustado el contraste.
Muy agradecido. Un abrazo.
Rafa, busca tu comentario debajo, por favor, salió desubicado.
Ya sabemos como está el mundo laboral, seguro que el de la música, incluso al más alto nivel, tampoco debe de andar boyante. Como no hay trabajo nos dicen (más a los más jóvenes) que hay que ser emprendedores, es decir, inventárselo. A esta muchacha no se le puede negar iniciativa. Todos los caminos pueden ser válidos si conducen al fin perseguido.
En algún momento quedará al descubierto la estrategia, no se puede disimular eternamente, pero quizá cuando eso suceda la relación entre maestro-mentor y discípula prometedora ya no podrá romperse.
Un relato original, con unas descripciones muy trabajadas, hermosas y, como no podía ser de otra forma, llenas de armonía y musicalidad.
Un abrazo, tocayo, suerte y feliz verano, aunque sea raro
Hola, estimado tocayo.
Tenemos una cantidad ingente de talento que, por diversas circunstancias, nunca llegará a tener el reconocimiento que merecería. Muchas carreras que podrían haber sido exitosas se quedarán por el camino por culpa de no tener ese empujoncito que necesitan para alcanzar la cima. Mi protagonista no está dispuesta a renunciar a sus sueños esperando a que un golpe de suerte se lo procure, por eso, ha decidido pasar a la acción.
Gracias por tu valoración de mi texto. La música me encanta y he procurado que las palabras resultaran lo más sonoras posible.
Un gran abrazo.
Hola, Juan.
Que me cuenten que un relato mío despierta emociones o que, como en este caso, evoca un recuerdo es algo que me place en grado sumo. Te agradezco enormemente que compartas conmigo tu experiencia. Es un gusto disfrutar de nuevo de tu presencia por estas páginas digitales llenas de amigos que comparten gusto por las letras.
Un afectuoso saludo.
«En la dificultad está la oportunidad», supe leer una vez, y creo que es así. Y creo que «Elisa, la chica de la limpieza» también lo cree, porque nada es imposible para ella, ni siquiera esa «audición» que acaba de obtener, y más cuando lo ha hecho así, con la perseverancia y el ingenio por delante… Estoy convencida de que el maestro «cuyos dedos se retuercen como ramas de parra por culpa de la artrosis» sabrá perdonarle la mentira blanca, y más cuando «Elisa» le devuelva eso tan amado que cree perdido: la música de las arias que supo interpretar en su tiempo.
Una balada triste que tendrá un final feliz, sobre todo porque es un gran micro, BARCELÓ.
Cariños,
Mariángeles
Hola, Mariángeles.
Perdona por el retraso en contestarte.
Lo primero quiero enviarte mucho ánimo, la situación no es fácil en ningún sitio del mundo, pero siempre se hace más llevadero saber que tienes personas que piensan en ti e intentan aportarte energía positiva. Lo mismo que haces tú conmigo cada vez que me haces un comentario. Tus palabras son una inyección de moral a todos los niveles.
Voy a utilizar tus propias palabras para intentar transmitirte un mensaje positivo: «En la dificultad está la oportunidad». Fijo que una persona con la inteligencia y el saber hacer que demuestras tú, no va a dejar escapar esa oportunidad.
Un abrazo lleno de energía y buenos deseos para ti. Mucha fuerza.
No nos engañemos, el talento necesita del trabajo y la suerte para crecer, y parece que la segunda ya se ha dado. Todo está en manos de los dos grandes pilares del primero: constancia, disciplina.
Este viejo músico debería aprovechar la oportunidad; de las retorcidas hojas de parra pueden brotar espléndidos racimos de notas.
Un saludo, Barceló.
Hola, Antonio.
Gracias por tu comentario. Me gusta tu lectura de mi relato y, en especial, ese mensaje final que continúa y completa estupendamente la metáfora.
Un afectuoso y cálido saludo.
Ni tan triste, diría yo. La vida es un conjunto de oportunidades y decisiones y esta chica lo sabe, por otra parte el «mentor» necesita un aliciente y unas manos que le devuelvan la música que sigue oyendo sonar.
Buen texto. Un saludo.
Hola, Manoli.
Muchas gracias por tu comentario. Como apuntas, el final de la historia se vislumbra feliz. La referencia a la tristeza es porque resulta muy triste que el talento no pueda fluir hacia adelante por sí mismo y necesite de terceros que, en muchas ocasiones, se cobran muy bien cobrado el empujón.
Un cálido saludo.