48. Balancines rosas
Balancines rosas
Julia se apoltronó en su sofá francés y lanzó los zapatos de marca al aire, que fueron a estrellarse contra la pared.
Nunca se aburría y era feliz, aunque a veces, tenía pequeños remordimientos y creía que alguna enfermedad acabaría con su bienestar.
Una vez a la semana se sentaba en un banco del parque a charlar con los abuelos, que cuidaban de sus nietos. Necesitaba dosis de realidad y de conocimiento de otros mundos alejados del suyo, para no perderse entre paredes de color rosa.
Agradecía, a diario, este regalo de la vida e intentaba comprender a las personas que sufrían.
Colocó la taza de café sobre el mantel de lino (amaba los objetos bonitos) y abrió el periódico por las páginas internacionales.
“El muro entre Estados Unidos y México seguía su curso”. Niños separados de sus padres.
En medio de tanto dolor, un respiro.
Una empresa privada americana había construido varios columpios, color rosa, que colocó en medio del muro. Un lado del balancín se sustentaba en ciudad Juárez( México) y el otro, en tierra americana. Padres y niños olvidaban su tragedia y, por unos instantes, sonreían.
.-Capacidad del ser humano para sobrevivir en circunstancias difíciles.