66. Barajando…
En el grupo de amigos, todos esconden sus cartas.
PICAS
“Las lanzas están en alto por Claudia. Hace tiempo que no pienso en Roberto como colega, sino como competidor. Todavía conservo la esperanza de que ella me elija a mí.”
DIAMANTES
“Paula está muy buena, pero he de ganarme el cariño de Claudia pasando de Andrés. Con la pasta de su familia tendría el futuro resuelto sin dar un palo al agua en la vida.”
TRÉBOLES
“Todos van detrás de Claudia. ¿Cómo podría mostrarle mis sentimientos? No quiero abordarla directamente, quizá me rechazaría de entrada… A ver si, con un poco de suerte, ella se da cuenta de lo que siento.”
CORAZONES
“Algunos de mis supuestos amigos son unos cazafortunas, mi madre ya me lo advirtió. Aunque no sé qué opinarán mis padres sobre mi elección de pareja si, reuniendo valor, me declaro a Paula y me dice que sí.”
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Una realidad y unos planes de futuro resumidos en cuatro posibilidades. Parece mentira el juego que se puede sacar de un mazo de naipes, hasta en sentido vital: rivalidad, dinero, suerte o amor. Eso sí, muchos planes, pero Claudia y Paula también juegan, ellas no son figuras pasivas ni decorativas, tienen derecho a elegir bien sus cartas, o emplear lo mejor posible las que les ha tocado en suerte, sopesar pros y contras, como hace tu protagonista, seguir quizá también lo que les dicte el corazón, que puede coincidir, o no, con lo que este personaje sopesa.
Un relato muy original, Carme, en su concepción y desarrollo, con el azar como fondo que, como en todo juego, algo tendrá también que decir.
Un abrazo y suerte
Gracias, Ángel, por tu comentario.
Cierto es, esos cuatro palos de la baraja enlazan con los cuatro enfoques vitales de los protagonistas. (En mi mente, cada palo muestra los pensamientos de un personaje -el primer amigo, el segundo Roberto, Paula y Claudia-, pero creo que he dado pocas pistas y por ello queda un poco a la interpretación de cada lector).
Ay, el azar! …siempre está ahí, pues tambíen juega un papel en la vida de todos.
Un beso, y a acabar de pasar bien lo que queda de agosto.
Carme.
(He hecho un pequeño retoque en un par de frases, a ver si queda más claro esto de los distintos personajes 😉
Cual mosca que revolotea sobre la mesa de poker, vemos la mano que baraja cada quien:
Picas competidoras y esperanzadas,
Diamantes calculadores y materialistas,
Tréboles temerosos y precavidos,
Corazones advertidos y que saben muy bien lo que quieren…
Y como mosca que sobrevoló y leyó, intuyo que tréboles y corazones serán los ganadores (o ganadoras, más bien) de esta partida de cartas, que más que las cartas, decide el destino…
Moraleja: nos tocan determinadas cartas en la vida, pero que sean buenas o malas no depende de las cartas en sí, sino de cómo sepamos jugarlas…
Me ha parecido un micro originalísimo, M.Carme, felicidades.
Besos desde la Patagonia Argentina 😘😘😇😇
Esa mosca sabe mucho sobre los protagonistas de esta historia. Esperemos que esa intuición lo acierte, por el bien de ellas 🙂
En este relato creo que cada uno ha elegido qué palo quiere llevar, pues nadie le dice a Roberto que mire por el dinero o a Paula que confie en la suerte… (aunque muchas veces no es fácil poder «elegir» el palo que queremos).
Definitivamente hemos de saber jugar las cartas que nos sirve la vida.
Celebro que te haya gustado.
Muchas gracias, Mariángeles, por pasarte a dejar tu comentario. Un beso.
Carme.