67. BATALLAS DE ANDAR POR CASA (Petra Acero)
“No hay batalla que se les resista, por eso ganan lo que ganan”, vocifera el papá de Rafa. Su mamá contesta que el fútbol está sobrevalorado. Su papá contraataca: “Otros deberíamos ganar esos sueldos para no tener que andar robando…” Rafa sabe que habla en clave, que su papá no roba porque es un superhombre.
A Rafa le gusta imitar a su hermana mayor. Dentro de unos años, cuando vaya al instituto, Rafa descubrirá que es como su hermana, que es como cualquier chica. Pero hasta ese día, Rafa continúa librando su batalla: ¿superhéroe o princesa?
La mamá de Rafa se maquilla con mimo: acaricia bofetadas, difumina insultos, suaviza humillaciones y colorea miedos. El papá de Rafa tiene buena mano y don de gentes. Por eso, tras cada batalla, le susurra a su mujer cuánto la quiere. Luego lloran juntos hasta que él se duerme.
Supermán hace tiempo que perdió su capa, pero sigue ganando batallas. Solo cuando Rafa lo disfraza de princesa, se le enredan los poderes entre el tul rosa, y no puede volar… Algún día, Rafa esconderá ese tul-Kriptonita entre el pijama de su papá.
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No hace falta derrotar a enemigos improbables para ser héroe, ni siquiera hay que vestir como esos soldados temerarios. Muy interesante.
Un saludo
JM
Muchas gracias,Juan M.
Es una pena, pero el día a día puede estar lleno de pequeñas/grandes batallas. No hay que buscarlas muy lejos.
Un saludo para ti también.
Me ha gustado. Ya te comenté en tu casa.
Besos
Hola, Enrique!
Doblemente agradecida 🙂
Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo.
También se libran batallas en la vida cotidiana. Lo has reflejado acertadamente.
Suerte
Las batallas cotidianas que, por normales, pasan desapercibidas ante nuestros ojos… No dejan de ser dolorosas y a veces terribles.
Muchas gracias, María Jesús.
Para quitarse el sombrero versallescamente.
Jajaja.
Muchas gracias, M. Carmen.
A veces nos olvidamos de las batallas cotidianas, que minan muchas vidas.
Un abrazo
Petra/Amparo estas batallas de andar por casa son más profundas de lo que ha simple vista puede parecer. La madre maquilla bofetadas e insultos. El padre tiene buena mano. El niño no sabe si será princesa o super héroe. Quizá muchas familias cotidianas encierran estas batallas,
lo cierto es que tu micro no tiene desperdicio.
Un beso grande.
El sufrimiento de muchas personas se lleva en silencio, en sus propias casas. A esas «batallas de andar por casa» he querido dedicarles el micro. Para que no se nos pasen por alto de puro cotidianas…
Hay personas que incluso pierden la vida en estas batallas 🙁
Un abrazooooo
(Muy tierno el tuyo. Por ahí he estado)
Amparo, con ritmo, sutiles imagenes y lirismo nos cuentas batallas personales. Bien contado. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda.
Enmascarando, como la esposa, una historia triste, cruda.
A veces la realidad camina por estratos muy bajos, de los cuales no le permitimos asomar la cabeza…, para que ni los más allegados la conozcan.
Un abrazoooo
Nos acostumbramos a la batallas y a las guerras ,esas que jamas deberian haber sucedido, pero hay otras, que no por ser mas intimas pierden su interes, estas, las de andar por casa, son quizá individualmente mas duras de llevar, y tu lo has reflejado claramente y muy bien.
Ese batallar continuo contra el miedo, la violencia, enmascarando sus efectos, desgasta como una guerra fría tal vez incluso al maltratador??). Depredadores en casa, encantadores en la calle…
Personas que no saben por qué no se sienten a gusto en su propio cuerpo…
Batallas cotidianas que pensamos que ya no merece la pene hablar de ellas…
Muchas gracias, Begoña.
Un abrazo
En todas las familias tenemos alguna batalla de estas. Esta en concreto que es solo una guerra de prejuicios sociales, creo que se va ganando. Creo que las batallas contra las verdaderas enfermedades genéticas, las que llaman raras debería librarse en los laboratorios de investigación con los dineros que ganan esos futbolistas con los que comienzas tu magnífico relato.
Un beso Petra.
Cuánta razón llevas Jesús. Cada día, con nuestra «suerte» a cuestas batallamos tratando de ganar eso: un día más. Habría que reajustar tantos mecanismos de nuestra sociedad… Pero hay algunos que saltan tanto a la vista (aunque no tengo nada en contra de los futbolistas y sus millonarios sueldos), que da vergüenza.
Las enfermedades congénitas, degenerativas, raras, incurables: batallas que darían para infinidad de relatos y remover conciencias.
Un abrazo, Jesús, y muchas gracias.
Preciosa historia. Has plasmado muy bien cómo hay batallas muy cotidianas que se libran a diario en muchas casas.
Un abrazo
Me ha encantado tu relato, Petra, con la disección del narrador de esa familia y sus batallas cotidianas. Has logrado unos retratos que nos llegan a doler.
Suerte y saludos.
Curiosa la exposición de «batallas» que nos presentas. Es cierto, en cada casa, en cada persona, no hay una sola batalla sino muchas, y tu las has retratado fenomenal. Felicidades.
Gracias, Ana.
Creo que ninguna batalla es pequeña para quien la sufre. Aunque para la opinión pública solo sea otro número a sumar en la violencia de género.
Cada persona batalla cada día contra algo que desequilibra su bienestar, su vida…
Me ha gustado mucho como juegas con las palabras e imágenes, como de algo sencillo sacas todo el jugo para presentarnos diferentes batallas encerradas en unas mismas paredes.
Ese maquillaje… genial.
un beso Amparo
Aunque para mí es un poco lioso, reconozco que los relatos de superhéroes e identidad de género me gustan mucho.
Que manera de mostrarnos a cada uno de tus personajes, que oculta su verdad y su miseria, ese niño que aún duda de su identidad.
Eres extraordinaria amiga, es un placer leerte.
Un gran abrazo y mucha suerte.
Uff, Petra, has metido en un micro tantas cosas que sí, es el batallar diario de esa familia. Machismo, homosexualidad, violencia de género. No entiendo muy bien el final. Suerte.
Un buen relato que cuenta tres batallas a la vez: la de Rafa, la de la madre de Rafa y la del padre de Rafa.
Estas batallas del alma suelen ser las más angustiosas. Buen relato
Abrazos
Un pormenorizado e incisivo estudio de lo complicado que es mantener La Paz en terreno hostil, por muy familiar que sea. Se te dan muy bien los relatos «corales», pero que muy bien…tanto, que la protagonista del mío anda buscando con qué cruz condecorarte!!
Un beso
Como una banda de música. Tus personajes «tocan» su partitura y escuchados todos juntos te da la sensación de estar disfrutando de un magnífico concierto. Coincido en que has hablado de muchas cosas en muy poco, fiel reflejo de ese día a día en el que te has inspirado. Enhorabuena y mucha suerte 🙂
Héroes cotidianos en el día a día de lo que nos rodea. Bien visto el tema que nos pone los pies en la tierra. El final quiere decir que quizás algún día su padre entienda su tendencia sexual?????
Abrazos y suerte