26. BIFURCACIONES (Salvador Esteve)
Abandonó el claustro materno con hambre, se comería el mundo y lo haría a su manera. Su primera voluntad fue no llorar con el primer azote de vida; lloró.
Su mente y cuerpo eran laicos, no tomaría la primera comunión; sus ojos aún se humedecen viendo la foto vestido de marinero, recordatorio perenne del naufragio de aquella decisión.
La medicina forense era su vocación, buscar en la soledad de la muerte el sentido de la vida. Otro camino segado, piensa tristemente diseccionando un jamón en la carnicería de sus padres.
El matrimonio no entraba en sus planes, restringiría su libertad; desde el sofá, viendo OT, observa el mando del televisor y asume que es el cuarto en la línea sucesoria de ese bastión de poder, por detrás de sus tres hijas y su mujer.
Un quinto piso, el vacío; esta vez sí, sería su elección. El impacto brutal lo dejó en coma irreversible. Al fin supo lo que era la auténtica libertad; con él al timón, sus pensamientos viajaban con rumbo a la felicidad. Ignorando su ateísmo dio gracias a Dios.
En los pasillos del hospital un enfermero, creyendo obedecer un mandato divino, buscaba seres que sufrían, él les liberaría.
M. Salvador, me ha gustado como cuentas esta historia y su final abierto. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda, por tu comentario. En realidad, no pretendía que el final fuera abierto, nuestro protagonista, en otra bifurcación de su vida, es obligado a abrazar la muerte. Abrazos.
¡Pues vaya!
Lo has contado tan bien que no he podido evitarlo.
Suerte, Salvador.
Saludos
Muchas gracias, Margarita, por tu comentario y visita. Abrazos.
Un personaje que tiene las cosas claras incluso desde el claustro materno, algo poco frecuente, lo que le hace original, como también que no consiga materializar ninguna de sus aspiraciones, bien por mala suerte, o quizá también por algo de cobardía. Ante tales reveses permanentes, que le impiden acercarse a esa manera suya en la que él querría desarrollarse, no es extraño que trate de quitarse la vida.
Un relato muy intenso, Salvador, realmente sobrecoge, sobre todo al final.
Un abrazo y suerte
En nuestra vida intentamos seguir los caminos que nos hemos trazado, pero las circunstancias, el azar, y, como tú bien dices, a veces nuestra cobardía e incapacidad nos hacen ir por otros derroteros. Muchas gracias, Ángel, por tus siempre amables y certeras palabras. Abrazos.
Salvador tu relato y el mío tienen muchos puntos en común.
Dos personajes que hacen lo contrario de lo que desearían hacer, uno (el tuyo)por la gente de su entorno y la mía por su conciencia.
Ambos infelices y ambos deciden poner punto final de forma contundente.
Saludos.
Virtudes, un placer coincidir contigo en el trasfondo del tema del mes. No es la primera vez, ya lo hicimos en otra ocasión en la que nuestros protagonistas eran hermanos gemelos, ¿recuerdas?, en el tema «tras la batalla». Muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
Pues no lo recordaba, pero al volver a leer tu relato me ha vuelto a impresionar tanto como en la primera lectura.
Es un relato de los que más me han gustado. Transmite mucha fuerza, es duro y hasta un poco cruel, lo que hace que estés deseando leer más.
Un abrazo y felices fiestas.
Bastante fatalista tu historia. Has dotado al «prota», de lo necesario para que no cumpla ninguno de sus deseos ¿Has querido hacer un símil con la vida que toca a muchos de nosotros?. Final desolador, de los que hacen vibrar.
Saludos afectuosos.
En verdad, María Jesús, si analizamos nuestra vida seguro que todos hemos tomado bifurcaciones en nuestros caminos, lo importante es encontrar el lado positivo y seguir caminando. Muchas gracias por tu comentario. Abrazos.
¿Y nada se le dio en la vida? o no tuvo el valor de hacerlo. El final puede ser previsible tras el fracaso.
Un abrazo y suerte.
Si todo nos saliera bien la vida nos sería más fácil pero también perdería interés, hay que saber vivir en el fracaso y trazarse otras metas. Muchas gracias, Luis, por tu comentario. Abrazos.
Me ha encantado Salvador, para mi gusto este es uno de tus mejores relatos.
Espero que tenga suerte, la que creo, se merece este trabajo.
Un abrazo.
Para mí ya es un premio este comentario, Rosy. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
Así es, Salvador. Y lo has descrito magníficamente. Así es. Muchas felicidades por tu relato. Estupendo! Un abrazo.
Encantado de que te haya gustado, María. Muchas gracias por tu visita y tus palabras. Abrazos.
Guau, Salvador. Me gusta mucho. Pobre hombre, siempre se le bifurca la intención, aunque me pregunto si su verdadera manera de ser, ‘his way’ no era precisamente protestar para sí mismo por su incapacidad de cambiar las cosas… Suerte y un abrazo.
Eva, tienes razón, el fracaso ante un objetivo no hay que achacarlo siempre a la vida, a veces depende de uno mismo. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por tus palabras. Abrazos.
Cierto, Juan, el protagonista insiste pero su camino siempre se difumina ante sus ojos. Cuando decidió optar por la muerte también esta le fue esquiva. Al final, cuando cree haber encontrado la paz la parca llama a su puerta. Un placer siempre recibir tu visita y tus palabras. Abrazos.
Todo un mundo de ilusiones y una vida cuajada de despropósitos. Has logrado que paseemos por cada una de las escenas de su vida hasta la última imagen en la que parece que al fin consigue algo de lo se propone.
Original y momentos de letras que me encantan como ese «claustro materno» o ese «bastión de poder»
Un abrazo Salvador.
He intentado buscar el equilibrio de sus despropósitos con un ligero toque irónico. Muchas gracias, Mª Belén, por tu comentario. Abrazos y feliz Navidad.
Me ha encantando. Una contradicción dentro de otra, dentro de otra, formando un relato contradictoriamente amable hasta ese final en el que le das merecido descanso al vagar de tu protagonista. Salvador, tiene mucho tu relato. Muchas cosas, de las que se ven y de las que no pero están y llegan. Te deseo mucha suerte y te felicito de nuevo. Un abrazo 🙂
Caminos que se cierran por imposición, desidia o por falta de lucha. Tal vez la última contradicción es la única que escapa a su control; quiere la muerte y cuando el destino le ha ofrecido la libertad de espíritu y de mente la muerte, burlona, llama a su puerta. Muchas gracias, Juan Antonio, por tus palabras. Abrazos y feliz Navidad.
Sensacional, Salvador. Mi enhorabuena.
Suscribo las palabras de mis compañeros y destaco también el juego de contradicciones vitales como hilo conductor del relato.
Saludos cordiales.
Muchas gracias, Carles, me hace feliz que te haya gustado el relato. Al final, si miramos atrás, las contradicciones también anegan nuestros caminos, pero lo importante es recorrerlos. Abrazos y feliz Navidad.
Todo dicho, un buen relato cerrado con un mejor final.
Abrazos decembrinos.
Muchas gracias, María, por tu comentario y visita. Abrazos también para ti y feliz Navidad.
Me ha encantado la forma de narrar la historia de tu protagonista. Pobre, que cuando al fin encuentra lo que quiere, el enfermero se lo va a quitar. Suerte.
Al final, también la mala suerte se ha cruzado en su camino. Muchas gracias, Blanca, por tus palabras. Abrazos y feliz Navidad.
Muy bueno, me ha gustado de cabo a rabo. «El que para martillo nace, del cielo le caen los clavos».
Muchas gracias, Edita, por tus palabras. La imposición, su incapacidad por tomar sus propias decisiones y la mala suerte guiaron su vida. Abrazos.