70. BLANCOLOR 2019 ( EPI )
Hemos decidido cambiar el colchón, tiene catorce años y parece un saco de patatas, además, por mi sobrepeso, mi mujer duerme aferrada a su borde y cuando se relaja, pocas veces, se precipita sobre mí.
En la tienda ocupan como media hectárea, todos blancos pero diferentes, que si roto, nuclear, marfil, puro o brillante, natural o diamante y hasta hielo, que quizás sea el más apropiado a nuestra edad. Total, luego se tapa con una funda y las sábanas.
Aparte de las marcas, luego está el tipo, de muelles, de látex, viscoelásticos, de espumación, de viscofoam, normablok, de muelles ensacados y hasta inteligentes.
Una azafata, guapa y minifaldera, se tumbó en uno y me invitó a mí, no sé con qué intención me dijo que hiciera la croqueta y yo esa postura no la conozco. Al final mi mujer se añadió al grupo, los clientes se paraban a mirar y cuchicheaban, creo que de envidia.
Se me ocurrió a mí probar el colchón como me gusta, pero una patada me quitó las ganas.
Nos costó levantarnos y compramos el que estaba en oferta.
La taza del wáter tiene un desconchón, miedo me da cambiarla.