31. BLANCOS EN LA NOCHE (A. BARCELÓ)
Desde el cielo raso la luna llena derramaba sobre la oscuridad su blanco plateado. La carrocería oro blanco de mi deportivo cortaba el gélido aire de la sierra con la precisión quirúrgica de su estudiada aerodinámica. Yo disfrutaba de todos y cada uno de los retorcidos giros del trayecto a ritmo de A kind of magic, el mítico álbum de Queen. A mitad del recorrido, a la salida de una curva cerrada, apareció una mujer suplicándome que parase a recogerla. Era muy joven, el color blanco anacarado de su ropa y la palidez de su piel le conferían un aspecto entre divino y fantasmal. Vacilé un segundo antes de detener el coche solo unos cuantos metros por delante de ella, eché la vista atrás por el retrovisor, miré en derredor y ya no había nadie. Volví a mirar hacia adelante, un montón de bultos oscuros proyectaban su sombra sobre el asfalto al atravesar el blanco azulado que emitían los faros de xenón, era un nutrido grupo de jabalíes cruzando la carretera. Reparé en lo que hubiera pasado de no ser por esa autostopista, ahora inexistente, y sentí como se rompía el blanco de mi ropa interior.
Hola, BARCELÓ. Siempre me han gustado las historias de carretera y ésta me encanta, con todos sus matices de blanco y de misterio y su música de Queen y su toque de romanticismo, con esa joven mujer, entre divina y fantasmal, que se manifestó en el lugar y momento indicados – y a la persona correcta – a fin de evitar un accidente (en cuanto a la ropa interior del hombre, ese «accidente» es perfectamente entendible, y le aporta su cuota de humor a la historia, que no es poco; a mí me causó mucha gracia, y mucha).
Un placer haberte leído.
Cariños,
Mariángeles
Hola, mi estimada amiga Argentina. Siempre es un privilegio recibir tus comentarios.
Me alegro que te haya gustado este relato, yo estoy bastante conforme con la narración, pretendía que fuera muy visual y creo haberlo conseguido. Me alegra mucho que hagas referencia al pequeño toque humorístico de la frase final, pues esa era la intención: dejar una mueca de sonrisa en el lector.
Cariños recíprocos. Un abrazo.
Una carretera solitaria y en la noche es caldo de cultivo de historias y leyendas inquietantes, como la conocida de la mujer de la curva. En tu relato también aparece una mujer misteriosa, como salida de ultratumba, pero lejos de ser dañina, es benefactora del protagonista, que gracias a ella ha podido contarlo y seguir disfrutando de la conducción y de la música de Queen, eso motiva a cualquiera. Hablando de contar, tú has narrado muy bien el ambiente, las circunstancias y sensaciones de este conductor sorprendido por un episodio singular que nunca olvidará, consciente de que se le ha permitido una prórroga antes del fin de sus días.
Un abrazo y suerte, tocayo
Hola, querido tocayo. Me complace saludarte una vez más. Decirte que la sola mención de la música de Queen ayuda mucho a ambientar el relato, pero no solo es una elección por mi gusto musical (que en este caso coincide, sospechosamente, con el del protagonista, ja,ja,ja), además, el título del álbum me venía al pelo «A Kind of magic», porque quería sugerir que detrás de toda esta historia podría haber algún tipo de magia (blanca).
El apunte que haces acerca de una prórroga en la vida del protagonista me parece de lo más acertado, aunque no coincido contigo en que después de un episodio así se pueda continuar conduciendo tan plácidamente como antes, sobre todo con la molestia del accidental afloje de muelle, ja,ja,ja.
Un millón de gracias y un abrazo muy fuerte.
Vaya, Barceló, todo apuntaba a una noche romántica y mágica, ya me estaba imaginando como por fin, la chica de la curva se materializaba en una mujer de belleza exquisita, interior, la belleza, por supuesto… y hete aquí que me aparecen los jabalíes y por mucho que haya salvado al conductor aquella mítica chica, el romanticismo se acabó. Jajaja. Me encanta Queen y su magia que es única. Muy original y níveo tu micro. Suerte y un abrazo de abril.
Hola, Mercedes. Agradezco vivamente que te tomes la molestia de comentar mis relatos, no sé cómo pagar el cariño y la simpatía que destilan tus comentarios. Intento responderos a todos porque me parece que es la única forma que tengo de corresponder la generosidad de que dediquéis vuestro preciado tiempo a leer y a plasmar vuestras impresiones sobre lo que otros hemos escrito.
Un cálido abrazo de primavera y mucha suerte para ti también.
Libertad frustrada, ya me veía dentro del coche y disfrutando de lo lindo. Te ha quedado muy visual y muy de leyenda urbana.
Hola, Maite. Encantado de recibir tu comentario, es un gusto ir coincidiendo con ENTeCianos nuevos, o no tanto; darles la bienvenida a tu rincón o reconocerlos de algún comentario cuando accedes a leer su publicaciones. Ya no te cuento cuando acudes a un ENTCuentro y los conoces en persona, yo he podido asistir este año por primera vez y es una pasada.
Me gusta de tu comentario la sensación de que he conseguido ponerte al volante de ese coche. Mil gracias y un cálido abrazo.
Hola, Ángel. Leyenda urbana o no, esta aparición salva la vida del protagonista, cuando esperábamos que la historia se encaminase hacia lo trágico. Aportas sensaciones muy visuales (y sonoras) a la atmósfera creada. Tu final es muy original.
Mucha suerte y un abrazo.
Hola, Carmen. Me encantan tus comentarios, son siempre agradables, constructivos, sinceros y directos, igual que tú.
Un cálido abrazo, estimada amiga.
Hola, Ángel. Leí tu relato tomándolo como la narración de un sueño, por lo de la luna en el cielo raso. Me gustó porque todo está presentado de forma muy vívida, porque a la descripción muy visual se le suma el sonido de Queen, buena forma de preparar la llegada de un ángel bajo la forma de una bella joven. El que se trate o no de un sueño no cambia nada, o sí, cuando llego a la última frase, espero que todo se trate de un sueño.
Un saludo.
Hola, Jorge. Has sido más rápido que yo, leí tu relato y estaba esperando tener un rato tranquilo y sosegado para poder comentarlo. Me sorprendí mucho al comprobar que habíamos coincidido en gusto musical (si es que el de tu protagonista se corresponde con el de su escritor) y más de ver que a los dos nos había dado por dejarlo plasmado en nuestros respectivos microrrelatos, ahora tenemos algo en común, además del gusto por la narrativa breve y de ser ENTeCianos.
Cada relato tiene su propia lectura en la piel del que lo lee, así que, si a ti te apetece interpretarlo como un sueño, es tu elección. Estas otras lecturas enriquecen mucho los textos, porque abren nuevos caminos. No obstante, si te interesa la perspectiva desde la que yo lo he escrito: mi historia estaba pensada desde el punto de vista real.
Un cálido saludo.
Hola Ángel. Has escogido una gran banda sonora que he podido escuchar durante la lectura del relato como si estuviera en casa. La chica de la curva es demasiado conocida como para imaginar que se le pueda dar una vuelta a la historia y… entonces llegas al final. Cuando ya parecía que la historia se desinflaba en un sueño o algo así… jajajaj Muy gracioso. Me ha gustado.
¡Suerte!
Un abrazo.
Hola, estimada Nuria. Es maravilloso escribir algo y enterarte que despierta sentidos en las personas que lo leen. Yo creo que es el mayor premio que uno puede pedir para su trabajo. Te agradezco un montón que me lo cuentes.
Mientras lo escribía, escuchaba, como no podía ser de otra manera, este álbum. El tema «a kind of magic» es fantástico, pero he de confesarte que el que más me inspiraba para esta historia es «one year of love». Quizá me imaginaba a mí mismo conduciendo plácidamente por esa carretera, lo que no quiero imaginarme es el resto. Ja,ja,ja.
Un abrazo, querida amiga.