Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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11. Blowing in the wind

Esperas impaciente tu turno. Al fondo distingues a un anciano barbudo con unas llaves al pie de una escalinata de mármol que se pierde en las nubes, un pasillo lateral envuelto en la niebla y una rampa humeante directa al inframundo. La mayoría descienden cabizbajos, envueltos en llamas; unos pocos, muy pocos, suben cantando las escaleras; y rara vez desaparece alguno meditabundo por el pasillo lateral. Cuando llega tu turno, el de las llaves exclama: “Pasillo”. Tú preguntas que a dónde va. Te dice que al limbo. “Imposible”, contestas. “El Papa aseguró que no existe”. El barbudo se ríe de ti, “otro panoli que se lo ha creído. Venga, elige: pasillo o rampa”. Te amenaza con el pulgar hacia abajo. Tú le das la vuelta y escapas escaleras arriba. Maldice. Grita. Te persigue. A pesar de la edad es muy rápido. Cuando por fin te alcanza te lleva de las orejas de vuelta al limbo. Tú finges arrepentimiento, mientras tanteas en tu bolsillo. Para cuando se dé cuenta de que le falta una llave ya habrás escapado y regresado al tanatorio, a tiempo de rellenar con una X la casilla de incineración. “Vuela”, piensas mientras tarareas Stairway to heaven.  

3 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Referencias musicales a grandes canciones, y rebeldía sobre el destino eterno al que se supone abocado tu protagonista, que no es el que quisiera, pues de nada le sirve que le den a elegir entre pasillo ni rampa. El limbo debe de ser lo más aburrido del mundo, y si se supone que no existe y luego sí, es que ha habido publicidad engañosa. Solo por su ingenio y por no resignarse merecería algún acceso a esas escaleras, aunque sea por las de emergencia, las que no se ven, o mejor aún, otra oportunidad.
    Un relato divertido y sin complejos.
    Un abrazo y suerte, Javier

  2. Rosalía Guerrero

    Pues sí, mejor saber lo que te ha tocado antes de ir para marcar esa X en la casilla de incineración.
    Un abrazo y suerte.