69. Blue Planet (Isidro Moreno)
Tras despegar el frágil módulo de la superficie marciana, una leve deficiencia técnica les impidió el acoplamiento con mi nave SpaceX-One y les perdí para siempre.
De fondo, el gran planeta rojo. A la izquierda, mis desafortunados compañeros a la deriva. A derecha, un lejano punto azul: mi destino.
El silencio cósmico se rompió con desesperadas preguntas desde Cabo Cañaveral, pero mis respuestas no eran recibidas.
Solo, en el módulo de descenso, y angustiado por el fracaso de la misión, el regreso a la Tierra tendría, al menos, la pírrica satisfacción del primer viaje a Marte con algún superviviente.
Los intentos por hacerme escuchar siguen estériles y, sin ayuda tecnológica, jamás podré regresar a mi añorado planeta azul.
A veces consigo conectar con desconocidas emisoras terrestres, pero nadie me creé cuando explico que les hablo desde el SpaceX-One. Muchos me llaman loco, algunos bromean, otros creen que es un concurso de radio. Todos cortan.
Han pasado muchos días terrestres. Hoy, felizmente, he podido recibir un mensaje desde la NASA indicándome que para poder restablecer la conexión con ellos, debo sustituir la membrana vegetal del emisor de voz. Creo que, a falta de víveres, fue la membrana que ayer me comí.
Buenísimo el remate final de la membrana. Pobre astronauta! salvando las distancias me ha recordado la mítica escena de Charlot, comiéndose las suelas de los zapatos.
Es que los genios son los genios.
Suerte y el besito virtual obligado por la tecnología.
Ya sabes que cuando hay hambre no hay pan duro, ni suelas correosas ni membranas de respuesto. Jeje!
Muchas gracias, María Jesús, por leer y comentar.
Un beso y mi deseo de que tengas unas felices fiestas.
Me ha gustado tu relato, Isidro. Lo que podría convertirse en un primer (pírrico) éxito parece acabar en un nuevo fracaso. La atrevida, quizá absurda, carrera espacial hacia Marte queda desnuda con un gran sentido del humor. Me parecen geniales algunos elementos: la frase “el primer viaje a Marte con algún superviviente”, la conexión con las desconocidas emisoras terrestres y el remate final con la membrana vegetal. Creo que SpaceX debería tomar buena nota. Enhorabuena.
Un abrazo y mucha suerte.
¡Felices fiestas!
A veces las más grandes empresas caen por los detalles más tontos e inverosímiles.
La sentencia de: «La cadena se rompe por su eslabón más débil», es conocida y muy trillada, pero sigue siendo válida en casi todos los órdenes de la vida, o si no, que se lo pregunten a mi astronauta.
Muchas gracias, querido Josep, te deseo unos felices años veinte.
Un abrazo.
Me encanto tu relato. Más que nada el segundo y tercer párrafo me parecen excelentes, realmente te hace imaginarte toda la situación. ¡Saludos!
Me alegra mucho que hayas captado el panorama visual de mi astronauta.
Habrá que imaginar, en la segunda parte, la desolación, la soledad, la apatía y asunción de un final inexorable.
Muchas gracias, Ana-Liliana, por leer y comentar.
Mis mejores deseos para vos.
¡Qué bueno, ahijado! Yo pensando que se la había jugado a alguno de los astronautas del módulo y él comiéndose la membrana vegetal salvadora. Remate genial.
Un abrazaco y mucha suerte.
Pues mi astronauta no era tan c…, pero me estás dando una idea. jejeje!
Muchas gracias, padrino, por leer y comentar.
En las postrimerías de tu reinado como Enteciano de Honor-2019, te vuelvo a felicitar por tan honroso título y seguiré fijándome en tí para ver si algún día llego a ser, al menos, «paje» del EdH de ENTC.
Un fuerte abrazaco.
Enhorabuena por tu relato lleno de imaginación, Isidro. Excelente argumento que te atrapa desde el principio y remata con un final brillante. Eres todo un crack, bolo.
Felicidades y suerte con él.
Pablo
Muchas gracias, querido Pablo, por pasarte por esta, tu casa, leerme y comentar.
Mil gracias y un fuerte abrazaco virtual hasta Sevilla y otro, presencial, que te daré el mes que viene en Madrid.