14. CADILLAC DEL 54
Intrigado por ser la primera vez que recibía un correo urgente que no viniera de alguna institución judicial o penitenciaria, su cabeza, aún con la resaca matinal de todos los días, apenas acertaba a comprender:
“Estimado señor Jaramillo:
Nos honramos en comunicarle que es usted el ganador del sorteo celebrado en la Casa-Museo Graceland de Memphis el pasado bla, bla, bla…”
Lo inverosímil aunque tentador de aquella carta certificada lo dejó aturdido, y cuando, ya atardeciendo, despertó, la carta seguía allí, llena de misterios:
— ¿Y cuándo he estado yo en Tennessee? ¿Y cuándo voy a poder ir allá a recoger el premio? ¿Y quién es ese cantante tan famoso?
Jaramillo, que durante el sueño delirante de su siesta ya se veía cruzando el desierto de regreso a casa al volante de un Cadillac descapotable rosa y blanco, sin resaca y tras una ducha, veía que la vida abandonaba esos colores para adoptar otra paleta menos chillona y atrayente.
Al llegar a la cantina, el mesero le leyó la carta y se lo explicó todo, escuchando después con condescendencia sus lamentos:
— ¿Y cómo piensan que voy a volar 1.800 millas para escuchar una charla sobre multipropiedad?
Jaramillo es un personaje mítico, lleno de defectos, pero, tal vez precisamente por ellos, se hace querer y resulta entrañable, siempre a su manera, claro. Solo a él podían invitarle a una soporífera charla sobre multipropiedad a muchas millas de distancia; solo él habría quedado perplejo, sin saber interpretar que lo que le sucedía no era más que una campaña de marketing, pero ya se veía emprendiendo un viaje majestuoso en cadillac. Él es así, aunque también tiene el buen criterio de buscar una segunda opinión que le ponga en la realidad, en este caso la de un camarero sensato y con la cabeza limpia de resaca, al contrario que la suya.
Las historias de Jaramillo siempre merecen la pena, él convierte en especial cualquier circunstancia, como la que concurre en este relato.
Un abrazo, JM. Suerte
Hola, Juan, he tenido que buscar al personaje y después de saber de él me encaja todo. Me gusta aprender y eso se agradece. Muy buen relato. Un beso.
Jaramillo, ese apellido tan paisa, tan de mi tierra. Me encanta como llevas y traes, a ese duro e ingenuo Jaramillo por las carreteras de multipropiedades.
Felicitaciones marinas.