56. Cambio climático (Josep Maria Arnau)
Las sequías en el pueblo eran cada vez más largas. Donde había campos surgió el desierto. Llegó un momento en que el lago desapareció. Fue entonces cuando descubrieron las gafas de buceo y los restos de mi hermano. A su lado estaba el coche de cuerda que me regalaron el día de mi cumpleaños. No muy lejos hallaron al pretendiente de Brenda, con el reloj de oro del que tanto fanfarroneaba. Y a don Braulio, el padre de Brenda, que siempre se opuso a nuestra boda. Ella no sabía nadar. Nunca dejé que se bañara, hasta que nos mudamos aquí. Con la ingente fortuna también heredó esta casa al otro lado del océano, cerca de un lago. Cumplí mi promesa, le enseñé a desenvolverse en el agua y perdió el miedo. Ese día quiso ir sola, así lo he declarado. Jamás la encontraron. Cuando voy a la iglesia siempre rezo por ella. Luego pido perdón al Señor y que las sequías nos respeten mientras yo viva.
El cambio climático no solo supone una variación en el medio ambiente, sino que también tiene otras consecuencias colaterales, en el sentido de desvelar un pasado muy turbio. Aparecen cadáveres que hablan de historias que se cerraron con alguna que otra duda. Es cuestión de tiempo que el último de los cuerpos también aparezca y todo encaje para conformar la historia de alguien sin escrúpulos Entre esa posibilidad y lo efímero de la existencia fluyen los últimos días de tu protagonista.
Ahora mismo no estoy seguro de si te estrenas en ENTC, lo que si sé es que me ha gustado leer esta buena historia.
Un abrazo y suerte, Josep Maria
Muchas gracias por tus comentarios, Ángel.
Como dices, es mi “estreno” en ENTC. Por esta razón, aún me hace más ilusión recibirlo.
El protagonista sin escrúpulos queda al descubierto por el cambio climático. Pero cualquier cambio profundo puede dejar al descubierto cosas que quedaban bajo la superficie del anterior estado de equilibrio.
Un abrazo.